La pandemia de covid-19 generó un confinamiento obligado en la mayor parte del mundo, lo que permitió que algunos ecosistemas con alta circulación de visitantes, como las playas de vocación turística, se dieran un respiro. Sobre esto, habló en el portal Hoy Diario del Magdalena, Camilo Mateo Botero Saltarén, investigador participante por Colombia en el proyecto mundial PAN Environment Initiativel.
“Evidentemente se trató de un proyecto a nivel mundial sobre todo desde el área de las ciencias ambientales y de la biología en el cual un grupo de investigadores convocó a más de 300 científicos para que hiciéramos lo posible por tomar evidencias de si la pandemia estaba realmente generando una mejora en el ecosistema o no. Dentro de ese proyecto contactaron al colega Eulogio Soto en Chile, quien hace parte de la red iberoamericana de gestión y certificación de playas y él nos invitó para conformar un grupo de 12 investigadores en 7 países”, comentó el también docente en el diario departamental.
Cómo se llevó a cabo la investigación
Junto a Botero, once investigadores conformaron un grupo perteneciente a la Red Proplayas, de acuerdo con información del medio regional, durante mayo, junio y julio de 2020, estudiaron “una serie de bioindicadores y estresores ambientales en 29 playas turísticas de siete países latinoamericanos incluyendo a Colombia”.
El investigador, junto a una colega barranquillera, recorrieron los ecosistemas duna costera en cuatro playas en el departamento de Antioquia, “evidenciando una disciplina social de los usuarios y caseteros en Arboletes y Necoclí, mientras que en Turbo las playas mantuvieron visitantes, incluso estando cerradas. Como resultado, varios estresores de las playas se redujeron significativamente, pero de diferentes maneras según cada playa”, señaló el docente al Diario Hoy del Magdalena.
De acuerdo con Botero, el confinamiento y las medidas restrictivas que dieron a luz la pandemia, permitieron que se generara “un menor estrés ambiental en los ecosistemas marinos”, esto a su vez, provocó que “componentes naturales en muchas playas” se recuperan, y contaran con la presencia de especies marinas pequeñas más allá de los cangrejos .
”Esto permite pensar que eventualmente períodos prolongados de no intervención y uso de estos ambientes podrían contribuir a su recuperación y manejo”, agregó Botero en el diario regional.
Verificación del estado de las playas
Según el docente, llevar a cabo la investigación requirió mucho esfuerzo debido a las difíciles condiciones de movilidad, teniendo en cuenta el cierre de las playas. “En mi caso yo estaba residiendo en Medellín pasando la cuarentena allá y las playas más cercanas que tenía eran las de Antioquia, por fortuna tuve un gran apoyo por parte de la Capitanía de Puerto de Urabá que nos brindó el acompañamiento para la toma de datos y el apoyo de la alcaldesa de Arboletes”, dio a conocer en Hoy Diario del Magdalena.
Botero, también se refirió al Plan de Manejo Ambiental, que actualmente se lleva a cabo en las áreas protegidas del departamento del Magdalena, como el Parque Natural Nacional Tayrona, donde se harán cierres temporales durante el año, para darle un respiro al área:
“El asunto es que no es igual el ecosistema de una playa como El Rodadero que de otra playa como Neguange, por ejemplo en el Tayrona. Aquí debemos tener en cuenta que el nivel de naturalidad y de conservación de una playa urbana (El Rodadero, Pozos Colorados, Playa Salguero, etc) ya es muy bajo porque son playas muy enfermas debido a la proliferación de edificaciones que están en ellas, caso muy distinto a las playas del Tayrona que afortunadamente desde el año 1968 son áreas del Parque Natural y eso permite que esas playas estén muy sanas, muy saludables y que requieran la presencia de menos personas e incluso que en algunas épocas del año no vaya nadie”, señaló el investigador.
No todos los ecosistemas fueron beneficiados por el confinamiento
Infortunadamente, el caso de recuperación en las playas no fue el mismo para todos los ecosistemas tanto ambientales como sociales. “El balance 2020 es preocupante, con la deforestación fuera de control, gases efecto invernadero haciendo estragos y el asesinato de líderes ante la mirada de todos, es necesario encender todas las alarmas que llamen la atención sobre los efectos inmediatos del tema ambiental en el mundo, ya que es un problema de todos”, señaló el Movimiento Ambientalista Colombiano MAC, en la revista Dinero.
Según Camilo Prieto Valderrama, director del MAC, “cuando se piensa en el 2020, año de pandemia, tal vez lo primero que llega a la mente es el confinamiento, autos, motos al igual que estuvieron guardados en casa, junto a un sistema de transporte operando a media marcha, elementos ideales para darle un respiro al planeta”, pero aún así el balance para el medio ambiente es desalentador.
El experto aseguró que, “las reducciones de emisiones de gases efecto invernadero de este año comparadas con el año anterior, que oscilan alrededor de un 7%, no son significativas para lo que esperamos sea el futuro del clima. La disminución de emisiones en 2020 se traduce en una reducción de sólo 0,01°C en el calentamiento global para 2050”.
De acuerdo con la información del MAC, la deforestación que ocasiona el incrementando de los gases efecto invernadero, también incurre en una disminución en la capacidad de captación de carbono por parte de los ecosistemas.
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