El pasado 4 de febrero la Asociación de Municipios del Catatumbo, Provincia de Ocaña y Sur del Cesar – Asomunicipios, y la Federación de Productores del Catatumbo – Fedeprocap, presentaron un documento a los ministros de Agricultura y Comercio, al Consejero Presidencial para la Estabilización y Consolidación y al Director de la Policía Fiscal y Aduanera, solicitando la intervención de los altos funcionarios para que extremen las medidas de control del contrabando de cebolla proveniente del Perú y Ecuador.
Según informó Radio Nacional, en medio del inicio de la producción de cebolla roja más importante del año, que deja cerca de 15 mil toneladas, los cultivadores afirmaron que la hortaliza que llega desde los países vecinos incumple el total de los requisitos y además llega a precios muy bajos, factor que deja en desventaja a los nacionales al momento de la comercialización.
En la carta enviada al Ministerio y a las otras entidades el presidente de Fedeprocap, Wilmar Rangel, afirma que esta problemática ha sucedido en diferentes ocasiones y que desde hace varios años se viene insistiendo “en que se tomen medidas para evitar que el contrabando termine de arruinar la débil economía de los campesinos y provocar la desaparición de línea productiva emblemática y más importantes de la región”, de acuerdo con lo informado por la cadena radial.
En el documento enviado a los altos funcionarios se lee que “tiene como propósito transmitirles el clamor de miles de familias dedicadas a la siembra de cebolla en la subregión del Catatumbo y la provincia de Ocaña, que es uno de los sectores más importantes de la economía lícita regional, ya que necesitan de sus valiosas gestiones y acciones en el marco de sus competencias para fortalecer el control de contrabando de cebolla roja proveniente de los vecinos países”.
Asomunicipios también explica que los trabajadores de esta línea productiva hacen grandes esfuerzos por ser competitivos y seguir siendo despensa agrícola de la Costa Atlántica, “en medio de dificultades de orden público, altos precios de insumos, escasa asistencia técnica e innovación entre otros”.
Agregan que desde hace unos 13 años se viene sumando el fenómeno del contrabando de cebolla, una situación que profundiza la crisis del sector, y que compromete de forma negativa los ingresos de unas 6.500 familias, “lo que lamentablemente, por necesidad de subsistencia, las podría arrojar al entorno de economías ilícitas establecidas en la región”.
Los miembros de Fedeprocap y Asomunicipios advierten en su comunicado que los antecedentes sobre esta situación son ampliamente conocidos y que “en diversas ocasiones se ha expuesto la problemática al Gobierno Nacional por parte de todos los estamentos regionales, y si bien ha constituido espacios interinstitucionales como la Mesa Técnica Anticontrabando, la situación persiste”.
Finalmente, manifestaron que es necesario intensificar los esfuerzos en busca de defender la economía “no solo a través de inversiones integrales en el sector, sino también con el control efectivo del contrabando de este producto”.
Según informó Radio Nacional, Íder Humberto Álvarez García, alcalde del municipio de La Playa de Belén, dijo que es usual que cuando se inicia la cosecha los productores manifiesten su preocupación por los precios bajos debido al contrabando que entra ilegalmente a Colombia.
El mandatario sugirió evitar intermediarios en el comercio para el comercio del producto y solicitó al Departamento para la Prosperidad Social apoyar para la construcción de un centro de acopio para los cultivadores de cebolla roja para poder vender de forma directa, de acuerdo con la emisora radial.
Campesinos botan su cosecha
En el 2020 para este mismo periodo del año fue noticia unas imágenes en redes sociales de campesinos botando su cosecha de cebollas rojas en Norte de Santander, debido a la crítica situación que enfrentaban precisamente por los bajos precios de este alimento.
En el programa Al Campo, de Caracol Radio, el ex director de la Asociación de Municipios del Catatumbo y la Provincia de Ocaña, Emiro Cañizares Plata explicó que el ingreso de contrabando de cebollas provenientes de Perú a muy bajo precio, “generó una sobreoferta en la zona Caribe, donde regularmente se venden los productos agrícolas que se cosechan en Norte de Santander”.
Eso mismo se denunció en el 2018 mediante un artículo de El Espectador que aseguraba que la cebolla roja estaba en peligro de extinción. En ese momento el contrabando de este producto desde los países vecinos hizo que las áreas sembradas en el país disminuyeran a menos de mil hectáreas y los campesinos aseguraban que era más rentable botar las cebollas que transportarlas, pues no podían competir con los precios de las cebollas que ingresan al país de manera ilegal.