Como un crítico de las malas condiciones de vida que padecen los habitantes de Buenaventura (Valle del Cauca), el principal puerto marítimo del país, será recordado en esa ciudad monseñor Héctor Epalza Quintero, su obispo emérito, que puso en conocimiento del país de los horrores que estaban ocurriendo con las denominadas casas de pique, donde se perpetraba el desmembramiento de personas por parte de los grupos criminales en esa zona del occidente colombiano.
Según informaron en el informativo de televisión Noticias Caracol, el de mayor audiencia en el país, desde el pasado 29 de enero, monseñor Epalza se encontraba en una unidad de cuidados intensivos de Pereira (Risaralda) luego de que sufriera un derrame cerebral.
En el noticiero reseñaron que el religioso era reconocido por su defensa de los derechos humanos y por el cariño que se había ganado de parte de los pobladores de Buenaventura. Aunque en 2006 fue amenazado y se comprometió a no volverse a pronunciar por la violencia que azota este puerto, en 2012 denunció las casas de pique.
“Ya sobrepasa los límites de la cordura de descuartizar con motosierras. Eso muestra la sevicia y la falta de humanidad entre estos grupos”, denunció en 2012 el religioso en Noticias Caracol.
Monseñor Epalza, informaron en el noticiero, llegó al puerto en 2004 y desde entonces fue un crítico de la corrupción y del abandono histórico que ha tenido esta ciudad en diferentes gobiernos.
“La corrupción ha sido el caldo de cultivo porque para nadie es un secreto que los tres últimos alcaldes han terminado en la cárcel”, le dijo el obispo en su momento a Noticias Caracol.
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En el informativo de televisión explicaron que por sus críticas recibió amenazas en varias oportunidades, pero también se ganó el aprecio de los habitantes en la ciudad portuaria.
“Que siga unida, como se decía en el paro cívico que un pueblo unido jamás será vencido, Buenaventura no se rinde”, señaló el religioso en otra de sus intervenciones.
Los restos del religioso serán trasladados de Pereira hasta el puerto, donde será sepultado como fue su deseo.
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“Él había declarado en notaría la voluntad de que sus restos mortales terminaran sepultados en la Catedral de San de Buenaventura y es lo que vamos hacer”, afirmó Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura, en el periódico El País de Cali, uno de los diarios más tradicionales en el occidente colombiano.
Por la muerte del religioso hubo incluso un comunicado de parte de la alcaldía del distrito portuario.
“Monseñor se caracterizó por la defensa de los derechos de los indios, negros y mestizos. Fue un hombre de lucha social y de reclamo por los más desvalidos”, expresaron desde la administración.
En El País recordaron que Epalza se hizo sacerdote en 1965, y que en 2004 llegó al puerto. En 2017 renunció a su cargo católico en Buenaventura y desde entonces se convirtió en el obispo emérito de esa ciudad.