Esta semana fue de nuevos, polémicos y controversiales nombramientos en altos cargos en las instituciones del Estado por parte del presidente Iván Duque. Primero, el mandatario posesionó a Diego Molano como ministro de Defensa, que le ocasionó una dura polémica; y en la mañana de este miércoles, situó a dos nuevos miembros de la junta directiva del Banco de la República: una de ellas es hija de la exministra y embajadora actual ante la ONU, Alicia Arango y otro, hijo de un exministro de Minas y Energías colombiano.
Duque nombró a los economistas Mauricio Villamizar y Bibiana Taboada como los nuevos codirectores del Emisor central de Colombia. Ellos reemplazarán a Gerardo Hernández, nombrado por Juan Manuel Santos, y a Ana Fernanda Maiguashca, quien marcó un importante precedente como la segunda mujer codirectora en la historia del Emisor, después de María Mercedes Cuéllar.
Durante todo el día de ayer se generó una fuerte controversia porque, pese a que Taboada posee una nutrida hoja de vida académica, varios políticos y líderes de opinión acusaron al presidente Duque de “echar mano de la mermelada”, hacer favores a sus coequiperos de gabinete y nombrar a la hija de la exministra del Interior y del Trabajo, Alicia Arango, en el cargo más importante del Banco de la República.
Pues bien, la nueva coodirectora del Emisor no es la única proveniente de padres con altos cargos en el Gobierno. Mauricio Villamizar, también es hijo del exministro de Energías, Rodrigo Villamizar, quien fungió en la cartera de Minas cuando Ernesto Samper gobernó a Colombia y al que muchos colombianos recuerdan por el show mediático del “miti-miti” de 1997.
El “miti-miti” fue un escándalo que se dio durante el mandato de Samper, en inmediaciones del proceso 8.000, el cual consistió en una llamada telefónica en la que el ministro Villamizar, padre del hoy codirector del BanRep habló con Saulo Arboleda, ministro de Comunicaciones del gabinete de ese entonces, y buscaban sacar partida de un trámite para la licitación de 81 emisoras en frecuencia modulada (FM). La conversación fue revelada por la Revista Semana y se evidenció que durante la reunión telefónica, acordaron la adjudicación de una emisora de radio de frecuencia modulada en la ciudad de Cali.
Pero quiénes son en realidad los nuevos codirectores del Banco de la República
Mauricio Villamizar, uno de los nuevos codirectores del Emisor, es caleño y economista de la Universidad de los Andes con una maestría en la materia en la misma institución. Cuenta con otra maestría y un doctorado de la Universidad de Georgetown. Ha sido analista en el Congreso de la República, ha trabajado en la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid) y, desde 2018, fue Subgerente de Estudios Económicos del Emisor. Ingresó por primera vez al banco en 2014 como investigador junior y ha sido profesor universitario en instituciones nacionales e internacionales.
Por otro lado, un nombramiento causó polémica entre economistas colombianos y líderes de opinión críticos del Gobierno: el nombramiento de Taboada a la junta, quien es la hija de la exministra del Interior y ahora embajadora en Ginebra ante las Naciones Unidas, Alicia Arango.
Economistas y académicos consideran que el nombramiento es una muestra de nepotismo dentro del Gobierno nacional, es decir, que cercanos a la cúpula del Estado obtuvieron un puesto en el sector público por vínculos familiares o de amistad. Incluso, el congresista David Racero recalcó que la hija de Arango tiene favorecimiento en puestos delegados por Duque desde hace dos años.
Efectivamente, Taboada ejerció el cargo de Subdirectora General para la Superación de la Pobreza en el Departamento para la Prosperidad Social desde 2018, puesto que ocupó por casi dos años hasta julio de 2020. Con respecto a su hoja de vida, la hija de la embajadora es economista de la Universidad de los Andes con una maestría en la misma institución. Además, tiene una maestría en Administración Pública de la Universidad de Harvard. Fue becaria en investigación y luego trabajó ocho años en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), consultora en el Banco Mundial, practicante para una organización en Uganda y su último cargo lo ejerció en el Gobierno nacional.
De los miembros de la junta, incluidos los salientes, Taboada podría ser la hoja de vida menos nutrida, ya que dichos codirectores y director cuentan con experiencia en ministerios, departamentos administrativos, puestos directivos en centros de pensamiento económico como Fedesarrollo y altos cargos en el sector privado. Algunos cuentan con estudios doctorales.
¿Cómo quedó el juego de poderes?
En el momento, las siete sillas de la Junta Directiva del Emisor se encuentran llenas. Sin embargo, Duque ha realizado cuatro cambios en la baraja en lo que va de su Gobierno por retiros. El primero fue Juan Pablo Zárate, quien actualmente es viceministro de Hacienda, y después vino la salida anticipada de José Antonio Ocampo.
Ante esto, el presidente nombró a Roberto Steiner y a Arturo Galindo, los cuales tienden a favorecer las posturas de la administración en la Junta. Tanto Galindo como Steiner estuvieron varios años en el Banco Interamericano de Desarrollo, entidad a la que Duque perteneció desde 2001 hasta el 2013 como consejero para la región y como jefe de la división de Cultura, Creatividad y Solidaridad. Además, durante sus nombramientos, los cuales se llevaron a cabo el año pasado, el presidente expresó lo “complacido” que estaba por sus llegadas al cargo.
Si bien Galindo estaría preparando su renuncia, aún se desconoce cuándo se llevará a cabo y, al momento de retirarse, será Duque quien nombre a su sucesor.
De esta manera, la Junta Directiva quedó así: Leonardo Villar, como gerente y Alberto Carrasquilla, como ministro de Hacienda. Como codirectores, Carolina Soto, Roberto Steiner, Arturo Galindo, Mauricio Villamizar y Bibiana Taboada. Es decir, por Duque, cinco de los siete miembros ostentan sus cargos dentro de la banca central colombiana.
Según el Artículo 372 de la Constitución Política de Colombia, “los miembros de la junta directiva representarán exclusivamente el interés de la Nación”, de acuerdo al espíritu independiente del Gobierno de turno que caracteriza al Banco de la República, ya que el control del presidente podría sesgar decisiones que harían permisible, por ejemplo, financiación a la administración vigente.
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