Por norma técnica, cementerio de Fusagasugá tiene prohibido cremar cuerpos de fallecidos por covid-19

El horno no puede encenderse por los riesgos ambientales que implica para el municipio. Alcaldía trasladará los restos a Girardot, mientras los familiares esperan dar último adiós a sus seres queridos.

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Al cementerio de Fusagasugá no
Al cementerio de Fusagasugá no le cabe un muerto más. Una norma técnica impide el uso del horno crematorio. Crédito Canal Caracol

En Cundinamarca, Fusagasugá es de los municipios con mayor afectación de contagios por el covid-19, hasta el punto que su cementerio municipal no cuenta con suficientes bóvedas para dar morada a los cuerpos de fallecidos por covid-19.

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Administrado por la curia del municipio, el camposanto de Nuestra Señora de Belén cuenta con un impedimento para cumplir la norma biosanitaria de inhumación exigida por las autoridades sanitarias: de acuerdo con la norma de uso del suelo, su horno crematorio es un riesgo para la salud del municipio.

Ante el desborde de cuerpos que llega al camposanto, el alcalde Jairo Hortúa, convocó al comité de gestión de riesgo para dar una solución a la crisis que implica liberar las bóvedas de Nuestra Señora de Belén así como evitar lo que potencialmente sería otro elemento de crisis en Fusagasugá: el manejo de los restos mortales infectados por la covid-19.

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Un tecnicismo cierra las puertas del cielo a los fallecidos

La razón de la norma del uso del suelo impide la activación del horno, que facilitaría la evacuación de los restos que, por el momento, abarrotan las bóvedas de Nuestra Señora de Belén.

El administrador del camposanto, padre Víctor Hugo Sanabria, espera solidaridad de los deudos en la crisis, lo que no es fácil de conseguir en tiempos de pandemia: “Si llegan 4 o 5 muertos se llena y empezamos a pedirle a Dios que mañana haya una familia que diga, ‘queremos exhumar a nuestro ser querido, para abrir un espacio para otra persona’”, declaró para el Canal Caracol.

Para el sacerdote, el asunto del horno es algo que él no puede resolver, pero está seguro que el riesgo, como tal, no es tan grave como ha sido señalado por la CAR : “El horno no tiene contaminación, lo que se nos ha asegurado por parte de las personas que entienden del tema es que el exosto de un carro contamina más que las emisiones del horno crematorio”, añadió el religioso al Canal Caracol.

Pero la réplica técnica de la CAR, entidad que reglamenta el uso del suelo y sus impactos en el país, es contundente: “Nos encontramos en que los usos del suelo consagrados en el esquema de ordenamiento territorial del municipio no dan compatibilidad con el uso de estos hornos crematorios, toda vez que ese uso está consagrado para actividades de usos habitacionales de alta densidad y para viviendas multifamiliares, por lo tanto, la CAR no puede desconocer el determinante ambiental allí consagrado”.

Lo que añade una dimensión más a la crisis sanitaria de Fusagasugá, municipio priorizado para la vacunación por parte de la Gobernación de Cundinamarca.

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Una salomónica decisión

Dada la magnitud de un problema que podría afectar la población de Fusagasugá, el Alcalde Jairo Hortúa, gestiona el traslado de cuerpos a los camposantos de otros municipios para cremación.

“El día viernes, en el Concejo Municipal del Riesgo, cambiamos el protocolo para trasladar los cadáveres a algún municipio cercano y también para hacer la cremación en Girardot” afirmó para el Canal Caracol.

La solución aparece luego de conversar con las autoridades del camposanto, por lo que hay un respaldo práctico de la curia, dada las condiciones de riesgo en la que están incurriendo en el municipio.

Mientras las autoridades locales de Fusagasugá y Girardot afinan los detalles para el traslado, y posterior, cremación de los cadáveres que saturan el cementerio, los familiares buscan dar un último adiós a sus muertos.

Lo que está proscrito por el riesgo que a la salud pública implica el acercamiento a los cuerpos fallecidos por la covid-19.

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