Así sacaron el cadáver de Michelle Amaya del expendio de drogas donde la habían matado y torturado

Siguen conociéndose detalles del escabroso crimen.

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Lynda Michelle Amaya Buelvas, la joven desaparecida en Bogotá. Foto: Tomada de Revista Semana.
Lynda Michelle Amaya Buelvas, la joven desaparecida en Bogotá. Foto: Tomada de Revista Semana.

El primero de diciembre de 2020, se encontró un cuerpo en el barrio San Bernardo, centro de Bogotá. No fue sino hasta el 1 de enero del 2021, que Nathalie Amaya identificó el cadáver perteneciente a su hija, Lynda Michelle Amaya Buelvas, quien se encontraba desaparecida desde el 30 de noviembre.

Posterior a esto, por el grado de descomposición del cuerpo, Medicina Legal tuvo que confirmar que efectivamente se tratara de Michelle. El 7 de enero, la entidad confirmó que, en discrepancia con un primer dictamen que aseguró que se trataba de una adulta entre 19 y 23 años, el cuerpo recluido en las instalaciones desde hace más de un mes sí era el de la hija de Nathalie, acabando con sus esperanzas de encontrar a la menor con vida.

Michelle padecía de un leve trastorno cognitivo, y según la información entregada por la familia, la desaparición de la joven se dio cuando estaba en la búsqueda de su celular que le había sido robado dos semanas antes en la estación de Transmilenio de la Avenida Jiménez.

Desde la confirmación del deceso de la joven, han aparecido detalles del escabroso crimen, incluida una grabación que denota cómo sacaron su cadáver de una casa en el barrio San Bernardo. En el material, revelado por la Policía Nacional y difundido por Noticias Caracol, se aprecia como alias ‘Carlos’, uno de los señalados como parte de la banda delincuencial ‘Tazmania’, sale de una casa transportando una carreta.

De acuerdo con la información del noticiero, las autoridades se infiltraron en barrio, que hoy se conoce como el reemplazo de lo que fueron zonas como El Bronx o El Cartucho, y lograron obtener datos que decían que la menor fue retenida en una casa que funcionaba como expendio de drogas.

“Fue sacada en una carreta, y sabemos que en la esquina de la calle tercera la carreta sufrió un daño”, señaló el general Óscar Gómez, comandante de la Policía de Bogotá.

Captura de video donde se ve a alias 'Carlos' con la carreta donde se trasladó el cuerpo de Michelle Amaya. Captura: Noticias Caracol.
Captura de video donde se ve a alias 'Carlos' con la carreta donde se trasladó el cuerpo de Michelle Amaya. Captura: Noticias Caracol.

Dicho inconveniente hizo que el delincuente arrojara el cadáver en una casa que está por ser demolida y que se ubica cerca del lugar donde asesinaron a la menor.

Los audiovisuales también denotaron a los hermanos Daza, conocidos como alias ‘Chepe’ y ‘Andrés’, y quienes están señalados de ser los jefes de seguridad del grupo delincuencial.

“Son los encargados, dentro de esta organización, de la seguridad del expendio de estupefacientes en el barrio, lo que se conoce como ‘Sayayines’”, aseguró el oficial en el material de video.

Según explicó la Fiscalía, bajo las órdenes del cabecilla de la banda, los hermanos Daza robaron a Michelle, y teniendo como cómplices a “alias ‘El veneco’ y ‘Tito’, terminaron de darle su golpiza a esta niña, es decir de torturarla... se reían y disfrutaban lo que hacían”.

Recorrido de la carreta que llevó el cuerpo de Michelle Amaya. Captura video Noticias Caracol.
Recorrido de la carreta que llevó el cuerpo de Michelle Amaya. Captura video Noticias Caracol.

El caso de Michelle Amaya desnuda la herencia de El Cartucho y El Bronx, ahora en San Bernardo

La tragedia de Michelle ocurrió junto a una casa en ruinas de colores blanco y verde pastel, en el barrio San Bernardo Cerca de esa vivienda, frente al parque Tercer Milenio, la antigua ‘Calle del Cartucho’, donde vivió de incógnito la madre de Michelle durante casi un mes, haciéndose pasar por habitante de la calle y consumidora de drogas para encontrar pistas del paradero de su hija. En esas cuadras, también fueron capturados los seis responsables por la muerte de la joven.

‘La Calle del Cartucho’ era conocida en los años 90 como el lugar más peligroso de Bogotá, con los mayores niveles de delincuencia, venta de estupefacientes e indigencia. Esta fue intervenida bajo la primera alcaldía de Enrique Peñalosa y posteriormente se construyó el parque Tercer Milenio inaugurado en el 2004, como parte del plan de reestructuración y recuperación del sector.

Pero no pasó mucho tiempo para que otras calles aledañas heredaran el infierno del Cartucho, el sector conocido como ‘El Bronx’ acogió la problemática que dejó el cartucho y hasta el 2016 fue el nuevo centro de operaciones de la delincuencia, liderada por las bandas de los ‘Sayayines’, ‘los Payasos’, ‘Mosco’ y ‘Manguera’, conocidas por torturar, matar, descuartizar, extorsionar, vender drogas y otros crímenes.

Al hacer la intervención en el Bronx, el 27 de mayo del 2016 en la segunda alcaldía de Peñalosa, encontraron a más de 2.000 personas sometidas a explotación sexual, decenas de ellos menores de edad. Pero esto solo hizo que la delincuencia se dispersara a otros lugares.

Aspecto de una de las calles de "La L" durante el operativo de intervención.
Aspecto de una de las calles de "La L" durante el operativo de intervención.

Buena parte de sus habitantes se trasladaron al canal de la Calle Sexta, cerca de allí, y otros no fueron tan lejos, simplemente se movieron unas cuadras hacia el oriente y ocuparon las viejas casas del barrio San Bernardo, entre la Calle Primera y la Sexta y entre la Carrera Décima y Avenida Caracas. Es allí, en el llamado ‘Sanber’, dónde se mudó el nuevo centro de operaciones criminales, expendio de drogas y tierra sin dios ni ley.

El caso de la joven Michelle Amaya y las advertencias de Planeación desnudan nuevamente una ‘maldición’ de la que no se ha podido zafar la ciudad, una que lleva décadas llevando al abismo a ciudadanos y sus familias, que la padecen, y destruyendo el patrimonio arquitectónico del centro de Bogotá. Como sucedió con El Cartucho y El Bronx, todo apunta a que la estrategia de recuperación del espacio debe ir de la mano con cambios de fondo. De otra manera, la olla más grande del país no terminará, sino que seguirá mudándose.

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