Héctor Abad Faciolince estuvo en conversaciones con la escritora del libro El infinitito en un junco, Irene Vallejo, doctora en Filología Clásica, cuyo trabajo se ha caracterizado por la investigación y divulgación del mundo antiguo y los autores clásicos.
En esta ocasión, el Hay Festival planteó este encuentro entre escritores de diferentes nacionalidades para hablar y resaltar la tradición literaria que, de una u otra maner,a llega a las diferentes generaciones y lugares del mundo.
Irene Vallejo publicó en 2019 El infinito en un junco, un ensayo en el que se encuentran referencias de autores y cineastas que han formado parte de su educación sentimental, como de Borges o Twain, Cavafis y Bryce Echenique, de Canetti a Faulkner, de Auster y Pérez-Reverte a Vargas Llosa, de Tarantino a Scorsese.
El colombiano Héctor Abad habló sobre un artículo que se hace referencia a un papiro egipcio en el que se habla sobre una planta que combate la inflamación, entre otras condiciones médicas, papiro que también menciona la escritora española en su libro. Abad recalca que, aunque el avance de la ciencia ha sido maravillosp, el conocimiento ancestral y “viejo”, como en el caso de los egipcios, brinda un espacio que, al leerlo en esta época, nos permite valorar ese conocimiento del pasado.
“El pasado siempre está regresando y fertilizando el presente. Yo siempre digo que, si olvidásemos y no tuviéramos los libros, la escritura y esa posibilidad de memoria, tendríamos que estar empezando siempre de cero, mientras que así cada época recoge un bagaje previo de sabiduría, de conocimiento, de poesía, de relatos para no volver al inicio”, comentó Irene Vallejo.
Los dos autores coinciden en que la presencia de los libros a través de la historia ha sido la mejor manera de combatir el olvido. Ya que, como dice Vallejo, remitiéndose a Homero, “las palabras son una vibración que acaricia el viento y terminan siendo efímeras”, mientras que al lograr plasmar estas ideas, palabras, historias y emociones en los libros, permanecen y en el futuro podemos viajar hasta ellas, traerlas al presente y recordar la vida de muchas personas, sucesos y momentos específicos de la tierra.
Para Héctor Abad, el amor por la lectura en un primer momento llega por los oídos. El origen de la literatura fue verbal y luego pasó a ser eterna, asegura y recalca que, aunque Irene Vallejo no es una “feminista militante”, en su más reciente libro muestra la importancia de la mujer como poseedora de la lengua, a través de la cual narra, cuenta historias y habla de la historia. Frente a esto Vallejo dice que le gusta hablar del término Lengua materna, porque nunca se ha dicho que la lengua es paterna, y esto ya le da una responsabilidad a la mujer, le da la posibilidad de que la madre sea la depositaria de las palabras.
“Me interesé mucho en homenajear la oralidad. Esa oralidad que fue predecesora de la escritura y del alfabeto durante una larga época de la humanidad, porque fue el método que se utilizó para transmitir el saber, el conocimiento y el arte”, agregó Irene Vallejo.
Por último, para ambos escritores la oportunidad de escribir y publicar es una de las labores más importantes y más difíciles, ya que la sociedad no ve al escritor como un profesional y cree que todo aquel que se dedica a esto no tiene un trabajo formal y perecedero.
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