Este 28 de enero, la Cámara de la Industria de la Moda y Textiles de la ANDI emitió un comunicado en el que se pronuncian sobre las recomendaciones de la Alcaldía de Bogotá de usar solo tapabocas quirúrgicos.
La Cámara indicó que no existe una justificación técnica para que las mascarillas de tela reutilizables sean desaprobadas. Insistieron en que hay varios requerimientos técnicos inherentes al material con el que se fabrican los tapabocas y señalaron algunos: resistencia a salpicaduras (sangre sintética), eficiencia de filtración bacteriana, limpieza microbiana y presión diferencial.
La industria textil en Colombia se dio a la tarea de desarrollar textiles que cumplieran con estas normas técnicas para ayudar en esta difícil situación que estamos viviendo.
Insistieron en que la OMS ha dicho que este tipo de tapabocas son eficaces y “las personas de menos de 60 años que no tengan problemas de salud particulares pueden usar las mascarillas de tela, no quirúrgicas”.
El secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, emitió una nueva recomendación a los capitalinos que alarmó a aquellos que utilizan los económicos y ecológicos tapabocas de tela o artesanales.
“Los estudios desarrollados tanto por la Secretaría de Salud como por los expertos a nivel internacional, definitivamente nos sugieren evitar el tapabocas de tela”, explicó el funcionario de la alcaldía de Claudia López, quien también añadió que la amplia aprobación de dicha prenda fue una respuesta a la escasez preliminar de los tapabocas desechables, la cual también infló su precio en el mercado
Con esto, Gómez recomendó que se empiece a hacer uso de tapabocas quirúrgicos convencionales o los N95, en el caso de necesitarlo por riesgos altos de exposición. Dichas mascarillas iniciaron 2020 con un desabastecimiento en farmacias y con pocas ventanas de importación al por mayor.
Esto causó un alza del precio que hizo pasar a los productos de ampliamente asequibles a un bien costoso. Por esto, en abril, la Superintendencia de Industria y Comercio ordenó a los comercios no acaparar o incurrir en faltas al consumidor al subir los precios de elementos esenciales para la contingencia de la pandemia.
Ya superada la etapa inicial, dicho producto, junto a otros como el alcohol y los geles antibacteriales, ya están disponibles al público en farmacias y grandes superficies. Por esto, tanto en Bogotá como en otros lugares del mundo se aconseja volver a los tapabocas más eficaces del mercado.
A pesar de la recomendación, cabe resaltar que no es una obligación y aquellos que usen el tapabocas de tela no tendrán ninguna repercusión legal en la capital del país. Es decir, no habrá comparendo.
¿Cuáles son los tapabocas?
El tapabocas quirúrgico, cubrebocas o barbijo son algunos de los nombres para el elemento de protección utilizado originalmente por los cirujanos para detener partículas de su boca que irían a parar en superficies que podrían causar daños al paciente.
Dichas se encuentran sujetas a la cara por bandas elásticas para las orejas y vienen en colores azul o totalmente blancas. En caso de tener solo un lado azul, este debe ser el que utilice como capa externa.
Son resistentes a fluidos y salpicaduras; es decir, en el caso de encontrarse frente gotas contaminadas, las tres capas de dicha mascarilla protegerán ante el virus. Además, la misma es cómoda y transpirable, lo que previene que la humedad afecte la efectividad del cubrebocas.
En el mercado colombiano, las cajas por 50 unidades de estos tapabocas oscilan entre los 23.000 pesos y 40.000 pesos, según la producción del producto. Los usuarios deben asegurarse de que el producto sea aprobado por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
Por otro lado, también se recomiendan los escasos y especializados N95, los cuales son utilizados en mayor medida por los profesionales de la salud que se encuentran en mayor riesgo de contagio. En mayor medida, dichas mascarillas son capaces de filtrar el 95% de las partículas que se suspenden en el aire.
En anteriores medidas, dichas mascarillas eran recomendadas solo para el personal de salud por el riesgo de escasez que se vivía en el mundo. Ahora, se pondera alrededor del mundo si se debe recomendar para toda la población del mundo.
Según la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, FDA, “es un dispositivo de protección respiratoria diseñado para lograr un ajuste facial muy ajustado y una filtración muy eficiente de partículas en el aire”.
Sin embargo, en Colombia se utiliza de una manera amplia una variante: la KN95, la versión china. Según el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos, citado por The Washington Post, algunas de estas referencias no llegan a los estándares requeridos para la protección especial.
Infobae consultó cinco farmacias líderes en Colombia y no encontró disponible a la venta el tapabocas N95. En una de ellas, droguerías Colsubsidio, se encuentra “agotado” el producto.
Sin embargo, la KN95 sí se encuentra en inventario, el precio por unidad de la mascarilla es aproximadamente 4.000 pesos y la caja por 50 puede alcanzar los 180.000 pesos.
¿El fin de la mascarilla de tela?
Según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud, actualizado en diciembre de 2020, dichas mascarillas están recomendadas para población que estaría en alta exposición al virus y personas que cuentan con comorbilidades que provocarían un cuadro más grave de COVID-19.
Por otro lado, las de tela son recomendadas para la “población general de menos de 60 años y que no tengan afecciones de salud subyacentes”, dicta la autoridad en salud, medida que expertos ponen en duda.
El sociólogo Zeynep Tufekci y el empresario Jeremy Howard son los autores de un artículo, publicado en la revista Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias, en el que evidencian que el cubrebocas de tela podría prevenir que el usuario infecte a las personas a su alrededor. Sin embargo, dichas partículas evaporadas que se suspenden en el aire por horas pueden permear dichos protectores.
Según los expertos, en un artículo en The Atlantic, los de tela estaban destinados como una medida provisional ante el ataque sorpresivo del virus. Además, a pesar de la protección parcial, todos los cubrebocas de tela son diferentes, lo que hace más difícil la regulación de la misma.
“Incluso todas las máscaras de tela no son iguales. La construcción, los materiales y el ajuste son importantes, y estos no se pueden rastrear ni certificar con máscaras caseras”, explican los académicos en el medio estadounidense.
Alemania es un país pionero en la evaluación del uso obligatorio del tapabocas N95 en espacios públicos. En el estado de Baviera, con su capital en Múnich, requieren el cubrebocas especializado en público, tiendas y en el transporte masivo.
“Si el virus se vuelve más peligroso, las mascarillas deben ser mejor”, dijo Markus Söder, ministro presidente del estado de Baviera, según reporta The Washington Post. Por otro lado, consejeros en salud del gobierno de Francia consideran ineficiente la mascarilla de tela y argumentan que no tiene suficiente protección.
Le puede interesar