Afirmó que el mejor homenaje que le hicieron era recordarlo en vida como uno de los miembros de la mítica escuadra que brindó la legendaria primera estrella al América de Cali en aquel 19 de diciembre de 1979.
Wilson Américo Quiñones, fallecido en el municipio de La Unión, Nariño, fue uno de los talentos colombianos dirigidos por el médico Gabriel Ochoa Uribe que derribó, con goles y jerarquía, la maldición del Garabato y brindó el campeonato al equipo popular de la ciudad de Cali.
Compartió con figuras de la talla de Alegría Valencia, Gabriel Chaparro, Aurelio Pascuttini, Luis Reyes, Carlos Gay, Horacio Ferrín, Juan Manuel Battaglia, Gerardo González, Jorge Cáceres y Alfonso Cañón, la titularidad de los ‘Diablos Rojos’, ganadores del Octogonal de 1979 con 8 puntos y diferencia de gol a otro grande y popular, como lo es el Independiente Santa Fe.
El camino a la victoria del América de Cali
Fue en el equipo rojo, bajo las órdenes de Ochoa Uribe, que consolidó su posición de volante de contención en el esquema defensivo que popularizó el técnico antioqueño.
La labor de ‘Quiño’ fue evitar que los delanteros pusieran en riesgo el arco de Carlos Alfredo Gay, arquero que llegó al equipo de Cali con la promesa, hecha por el presidente del club, José Sangiovanni, de ser campeón.
‘Quiño’ figuró como un aguerrido volante en partidos decisivos para América, que superaba con poca diferencia pero con regularidad, con la atención fija en el título anhelado.
Por mérito estuvo en la nómina nacional de los ‘Diablos Rojos’ que alternó con una legión de extranjeros fundamental para Ochoa: Carlos Alfredo Gay, Juan Manuel Battaglia, Gerardo González Aquino y Jorge Ramón Cáceres, éste se ungió como goleador del equipo con 19 anotaciones.
En la recta final del popular “Octogonal”, América, con ‘Quiño’ en el medio campo, se batió con Junior, Pereira y Nacional, para alcanzar la clasificación con 6 puntos.
La meta, luego de superar a Santa Fe por diferencia de goles, significó la primera estrella y el inicio de la leyenda de los ‘Diablos Rojos’, aquel 19 de diciembre de 1979.
Aunque nunca estuvo pendiente de los reflectores, Wilson Américo Quiñones, marcó impronta en la formación de canteranos para equipos del suroccidente colombiano, especialmente de escuadras amateur de su municipio, La Unión, Nariño.
Fue allí donde se retiró luego de su paso como volante de contención y murió de un accidente casero, como es recogido por periódicos de la región como El País de Cali.
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En su carrera deportiva mantuvo la posición por la que fue reconocido; inició en 1972 con el Deportes Quindío, con posterioridad estuvo en América de Cali, donde obtuvo su único campeonato, luego trasegó entre el Atlético Bucaramanga y el Independiente Santa Fe, para concluir su ciclo en el cúcuta Deportivo.
Vistió en dos ocasiones la amarilla de la Selección Colombia de Mayores: en una primera chance participó en el ciclo clasificatorio para los Juegos Olímpicos de 1976 y nueve años después estuvo en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de México 1986.
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Su balance como jugador fue de 489 partidos en primera división, con 8 goles a su haber.
Wilson Américo Quiñones nació en Tumaco en 1953 y fue conocido por sus discípulos como ‘El Profe Quiño’