Un informe publicado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), este 26 de enero, aseguró que por primera vez se logró confirmar la presencia de microplásticos en las heces del caracol pala (Lobatus gigas), una especie ligada a la gastronomía tradicional del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
De acuerdo con la bióloga Alicia Rodríguez Alcárcel, investigadora de la UNAL, “por efecto de las olas y la radiación, el plástico se fragmenta en trozos de menos de 5mm, lo que se conoce como microplásticos (MP), cuyo principal riesgo es que sea ingerido por organismos comercialmente importantes”.
“Se ha confirmado que los MP traen problemas fisiológicos, reproductivos y comportamentales; además contienen químicos tóxicos que pueden ser cancerígenos y neurotóxicos”, agregó la bióloga.
<b>El proceso del estudio que llevó a determinar la presencia de microplásticos en los caracoles</b>
Según la información de la UNAL, se hicieron colectas del caracol en cuatro zonas en donde hay abundancia de esta especie: San Andrés, Providencia y Cayo Albuquerque, al sur de San Andrés; y Cayo Roncador, al noreste de Providencia.
“A cada caracol se le tomaba la longitud y el ancho del labio de la concha para determinar si eran adultos; se ponían en un acuario con agua de la zona, y cuando depositaban las heces se devolvían al mar”, señaló Rodríguez en el informe difundido por la Universidad Nacional.
Luego de esto, UNAL relata que las muestras fueron lavadas en el laboratorio con hipoclorito y agua destilada durante cinco días consecutivos. Así entonces, al terminar este proceso se hizo un conteo de MP en el estetoscopio, una especie de microscopio con menos aumento, donde finalmente se encontraron especialmente fibras y láminas de plástico.
Datos arrojados por la investigación indicaron que en San Andrés y Providencia se presentaron los valores más altos, caso contrario a Albuquerque y Roncador donde se registraron los más bajos. Aún así, la institución educativa asegura que, “como en los cayos está prohibido el turismo, el estudio señala que esa contaminación no debería existir”.
“Es probable que la corriente del Caribe lleve desechos desde la costa de Colombia, ya que pasa justo por los cayos”, asegura la bióloga Rodríguez en el portal web de UNAL, donde a su vez agregó que, “aunque en San Andrés y Providencia se esperaban más MP, tal vez no se obtuvieron porque la sobreexplotación de los caracoles hace que se encuentren pocos individuos.”
El turismo y la sobrepoblación: principal fuente de contaminación
El estudio también señala que “las principales fuentes de contaminación en el Caribe colombiano son el turismo y la sobrepoblación; hasta antes de la pandemia se calculaba que más de 1 millón de turistas visitan cada año las principales islas del Caribe colombiano: San Andrés y Providencia”.
Así mismo, advierte que los MP son un potencial riesgo para la salud humana y por ello “no se puede olvidar que la carne de este caracol se consume a lo largo del Caribe”, y también es exportada a otros países. Además, sus conchas son usadas en artesanías y en ocasiones sus perlas son materia prima para joyería, por lo que la especie es de importancia cultural e histórica.
“La presencia de MP en las heces indica que los pastos y algas marinas de las cuales se alimenta el caracol están contaminados, por lo que es necesario conocer el nivel trófico, ya que dentro de los depredadores del caracol hay pulpos, langostas, rayas y tiburones, entre otros, y es posible que esté ocurriendo transferencia de MP a esos animales, y potencialmente a los humanos”, da a conocer la institución educativa.
De acuerdo con la bióloga Rodríguez, “el caracol se encuentra en categoría vulnerable” y su ingesta de MP podría afectar su salud y por ende su conservación.
Por ello, recomendó en el estudio “hacer un conteo de microplásticos en el músculo del caracol para determinar la cantidad que se transferirá a depredadores y humanos”, y concluye diciendo que “debido a sus consecuencias en el ecosistema y la salud humana, el llamado es a plantear medidas de mitigación y gestión de residuos en zonas con alto flujo de turistas y habitantes”.
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