Este martes 26 de enero, el exmagistrado y expresidente de la Corte Suprema de Justicia Leonidas Bustos, quien está involucrado en el escándalo del Cartel de la Toga y había desaparecido del ojo público, estuvo presente, como testigo, en el juicio contra el exmagistrado Francisco Ricaurte.
Bustos salió del país en 2018, algo que no evitó, según recoge El Espectador, que la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes iniciara una investigación, por estar involucrado en una supuesta red de corrupción judicial que favorecía, en su mayoría, a congresistas y exgobernadores.
Bustos fue acusado por los delitos de cohecho, tráfico de influencias y concierto para delinquir.
En la mañana de este martes, Busto hizo el juramento ante el juez e inició su intervención como testigo, no sin antes recordar su hoja de vida. En un principio, el juez escuchó al exmagistrado y quien fuera presidente de la Corte Suprema de Justicia y luego el abogado de Bustos explicó en detalle como avanza la investigación y lo que tildó como un “fenómeno” extendido por años dentro de la justicia colombiana.
De acuerdo con Semana, Bustos fue enfático en decir que mientras fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia los proceso que fueron foco de cuestionamientos legales, nunca llegaron a su despacho, ni siquiera el del excongresista Musa Besaile.
Además, se defendió diciendo que durante su paso por la Corte Suprema no fue testigo ni participó de filtraciones o casos de corrupción e insistió en aclarar que, siempre se respetó la confidencialidad del proceso.
Sostuvo también la posibilidad de que, en casos como el del excongresista Álvaro Ashton y el exgobernador Juan Carlos Abadía se hicieran ofrecimientos para cambiar decisiones judiciales y aclaró que nunca estuvieron en su despacho.
En el caso debo aclarar que, una vez salí de la Corte Suprema monté una oficina y allí llegó el exgobernador, yo no lo conocía, pero fue mi esposa quien me lo presentó, porque ella lo conoció en las escaleras del Congreso. Él le ofreció presentarle a los expresidentes Álvaro Uribe y César Gaviria, como efectivamente ocurrió con el expresidente Uribe.
En su relato ante el juez, el exmagistrado dijo que nadie era “amiguísimo de nadie”, pero si el colegaje común del propio trabajo, cuando se le preguntó sobre el exmagistrado Gustavo Malo, de quien negó haber recibido algún ofrecimiento.
Había cierta vehemencia en varios asuntos, pero eran propios de las funciones del cargo en la Corte Suprema de Justicia, pero nadie puede decir que defender una ponencia era sinónimo de confrontación diferente a la argumentación jurídica, sociológicos en pro de una tesis y cada quién.
Asimismo, rindió explicaciones sobre la defensa que hizo del exgobernador del Valle Juan Carlos Abadía.
Cuando salí de la Corte y, posteriormente, abrí una oficina profesional y estando como abogado litigante, para septiembre de 2016, Juan Carlos Abadía se presentó a mi oficina porque anteriormente le había pedido a mi señora que si podía hablar conmigo para que yo lo atendiese. Yo no lo conocía, me lo presentó mi señora. Ella lo conoció accidentalmente porque para ese momento ella aspiraba a la magistratura del Consejo de Disciplina judicial. Me dijo que se había encontrado en las escaleras del Congreso a este doctor que se le presentó y le dijo que tenía congresistas amigos y se ofreció a presentarle a Álvaro Uribe Vélez y a Cesar Gaviria.
De acuerdo con Bustos, su esposa pidió que atendiera a Abadía luego de una cortesía que este tuvo con ella.
“Me contó el caso, me resolvió todas las preguntas de rigor y después decidí atenderle un caso relacionado con la adquisición de unas bibliotecas. Lo asistí en algunas diligencias y posteriormente me revocó el poder. Fue el único caso que conocí de Abadía”, explicó.
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