En la vereda Tres Islas, del municipio de San Miguel, Putumayo en un operativo de la Policía, la Armada de Colombia, la Fuerza Aérea y el Ejército Nacional encontraron 1,5 toneladas de explosivos tipo Anfo, los cuales lograron desactivar e incanutar.
El operativo dio un resultado positivo gracias a la información que pasó la Sexta División y la Fuerza Naval del Sur, información de inteligencia que permitió ubicar el lugar exacto en donde se ubicaba esta peligrosa caleta. Parece que, hasta el momento, estos explosivos pertenecen al Grupo Armado Organizado residual, GAO-r, Estructura 48, quienes se autodenominan Comandos de Frontera. Según las autoridades, el explosivo sería usado para atentar en contra la vida de los miembros de la Fuerza Pública que hace presencia en el sector y de la infraestructura del Estado.
Además de encontrar explosivos en el Putumayo, según información de la W Radio, también se supo de que habría explosivos en los departamentos de Arauca y Casanare. En este primer departamento se conoció que se había encontrado los explosivos en la carretera principal de la vereda Todos los Santos, calle principal que comunica a Caño Limón con el municipio de Arauca.
Hasta el momento se le atribuye este acto ilegal a miembros de las disidencias de las FARC de la estructura Décima Martín Villa que, sin pensar en la población civil, instalaron dos artefactos explosivos tipo cilindro cargados con gran cantidad de explosivos. Según las primeras informaciones, estos artefactos serían detonados a través de cable mando con el único objetivo de causar el mayor daño posible.
Ahora, desde el segundo departamento, Casanare, los hechos ocurrieron en la vereda el Retiro Milagro, del municipio de Aguazul. En la operación mayor Simón Bolívar, la cual es la operación encargada de combatir el Grupo Armado Organizado, GAO ELN, se encontró y posteriormente se destruyó una caleta en el que se encontraron siete artefactos explosivos improvisados, los cuales contaban con 20 kilos de explosivos cada uno.
Contexto
Para junio del año pasado, durante una sesión virtual del Senado, el exministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, arrojó el dato sobre el aumento de disidentes. Holmes Trujillo explicó que entre 2018 y 2020 se duplicaron los miembros de las disidencias de las FARC y calculó que, hasta esa fecha, hay 4.600 militantes, de los cuales 2.600 están armados y el resto pertenecen a las redes de apoyo y milicias tanto rurales como urbanas. El exministro de Defensa del gobierno de Iván Duque alertó que en el sur del Meta y Guaviare, donde precisamente opera el frente Primero de las disidencias de las FARC, se concentra una parte de los hombres armados de las nuevas guerrillas.
“Las disidencias quieren retomar las antiguas zonas de control en las estribaciones de la cordillera Oriental, lo que ha incrementado las acciones militares en la zona. Este actor armado no estatal parte del conflicto armado corresponde a una de las facciones disidentes de las ex-Farc que se autodenomina “Farc frente 28”, en alusión directa al frente de la extinta guerrilla que delinquió en este territorio hasta el 2016 (también conocido como el Frente José María Córdova). Estaría integrada por presuntos exintegrantes de los antiguos frentes 10, 28, 38 y 45 de la exguerrilla, bajo la coordinación de estructuras de mando vinculadas a la Segunda Marquetalia”, dijo la Defensoría del pueblo para esa época.