En medio de lo que Claudia López denominó como el segundo pico de contagios en la ciudad, políticos y funcionarios de otras bancadas del Estado, incluyendo a los profesionales de la salud, buscan hacerle sugerencias a la administradora local de la capital respecto al manejo que se le debe dar a la emergencia sanitaria causada por el coronavirus en la ciudad. La propuesta es hacer un cabildo abierto.
Con el fin de cumplir el cometido de proponer nuevas medidas para reducir o aplanar la curva de contagios, se creó la Asamblea Ciudadana de Emergencia de Bogotá que, dentro de sí, tiene 82 organizaciones médicas y sociales, incluyendo a concejales de la Alianza Verde, el Polo Democrático y la Colombia Humana.
“La estrategia hasta ahora utilizada se resume en cuarentenas de emergencia en los picos y un rastreo y pedagogía deficiente en los valles del contagio. Si bien la ampliación de la capacidad hospitalaria es fundamental y se puede hacer más, esta no va a ser suficiente si no se aborda la pandemia desde la salud pública y se desarrolla una estrategia ambiciosa, sistemática y masiva para evitar el contagio”, argumentó la Asamblea respecto a su razón de ser y sus objetivos.
En Bogotá, la zona más afectada por covid-19 en el país hay más de 50.000 casos activos, lo que genera incertidumbre en las más de 80 personas que conforman la asamblea que busca llamar a Claudia López a hacer un cabildo abierto.
Desde este lunes 25 de enero, lo que buscan los integrantes de la asamblea es recoger firmas de la ciudadanía para citar a la Administración Distrital al recurso de cabildo abierto.
“La administración no ha escuchado a la ciudadanía, en el cabildo llegaremos a acuerdos y serán vinculantes”, dijo la concejal Susana Muhamad, de la Colombia Humana que insiste en que las medidas tomadas por la alcaldesa no son suficientes para afrontar la crisis de contagios.
Entre las propuestas que esperan hacerle a la alcaldesa, en caso de que se apruebe bajo el visto bueno de la ciudadanía la ejecución del cabildo abierto, está la idea de hacer más eficaz el rastreo de contagios barrio por barrio, teniendo en cuenta el uso de entre 500 y 1.000 equipos médicos para esa labor.
“Esto implica por lo menos triplicar el número de pruebas, tomar medidas sanitarias por territorios y controlar efectivamente a las EPS para evitar las cuarentenas de emergencia y sin planeación”, manifestó la asamblea, que además aseguró que este proceso sería útil, incluso, para la aplicación de las vacunas inmediatamente llegue el antídoto al país. Así mismo, se manifestó que el rastreo también permitirá atender a la población más vulnerable de la capital.
De acuerdo con el médico y especialista Ramón Vega, consultado por la revista Semana, el rastreo responde a la necesidad de entender la emergencia desde adentro de las casas de los bogotanos, “se necesitan barridos, cercos de casos casa por casa, que aíslen a los pacientes en sitios específicos y remitan a quienes necesitan atención temprana y cuidado médico crítico a los centros hospitalarios”.
Además de los problemas respecto a la salud de los capitalinos y los servicios de atención y abastecimiento de los mismos, se une el problema de desigualdad social que ha sacado a flote la pandemia, por ejemplo, el acceso a la educación que, para evitar contagios masivos, ha pasado de las aulas de clase a los hogares de los estudiantes.
La asamblea aseguró que la administración de la ciudad está en la capacidad financiera de garantizar la conectividad virtual a 100.000 estudiantes más pues, según ellos, hasta la fecha, unos 350.000 estudiantes no cuentan ni con dispositivos electrónicos ni conectividad de internet. La misma alcaldía, en días pasados, reconoció que 4 de cada 10 estudiantes no cuentan con las herramientas necesarias para continuar con su educación.