En cuestión de minutos, Hernán Giraldo Serna, uno de los paramilitares más sanguinarios y temidos de Colombia, regresará deportado al país, procedente de los Estados Unidos, donde permaneció 12 años tras las rejas por narcotráfico. El anuncio fue dado por Migración Colombia.
Quien fuera el jefe del bloque Resistencia Tayrona de las Autodefensas Unidad de Colombia (AUC), que operaba en la Sierra Nevada de Santa Marta y el Caribe colombiano, retornará al país tras la orden de captura emitida por Tribunal Superior de Barranquilla. Se espera que tras la extradición, Giraldo Serna pase ocho años en prisión, en el marco de la Ley de Justicia y Paz de 2005, promovida por el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez para la desmovilización de grupos paramilitares.
En total, son dos circulares rojas de Interpol, 46 órdenes de captura en Colombia y la autoría de 336 crímenes de guerra, entre 1881 y 1995, los que se le atribuyen a quien se le conocía con los alias de El Patrón, Taladro y El Señor de la Sierra, según la Sala de Justicia y Paz.
Entre los 336 crímenes de guerra que se le atribuyen se encuentran la desaparición forzada, desplazamiento armado, homicidio en persona protegida y acceso carnal violento en persona protegida, entre otros. Las violaciones de menores de edad y la utilización de un taladro explican el porqué de uno de sus alias.
A sus 72 años, quien es conocido como el mayor depredador sexual del paramilitarismo ha tratado de justificar sus crímenes ante la Fiscalía señalando que de lo que se le acusa “no son violaciones forzadas; en el campo es normal que mujeres con 13 y 14 años tengan relaciones a esa edad”. Lo dice aun cuando hay denuncias en su contra por violación a 38 menores, si bien se habla de más de 200 víctimas de sus perversiones.
Lo que ha revelado la Fiscalía a medios como Semana es que algunos hijos de Taladro, quien dirigió a más de 1.100 hombres en cabeza del Bloque Tayrona, son líderes de estructuras criminales armadas conformadas tras la desmovilización de los grupos paramilitares en el Gobierno Uribe, y fortalecidas en el 2012, cuando los principales cabecillas de las AUC salieron de las cárceles. Una de esas estructuras es la conocida como Los Pachencas, aquella que estuvo, al parecer, detrás del asesinato de Wilton Fauder Orrego, guardabosques en la Sierra Nevada de Santa Marta, perpetrado el 15 de enero de 2019.
Los Pachencas controlan el tráfico de droga en algunas poblaciones de la costa Atlántico y, según información de Semana, está compuesta por más de diez descendientes de Giraldo. El año pasado fue abatido Deimer Patiño Giraldo, sobrino de Taladro, líder de la estructura, y capturadas sus hijas, Gladys Giraldo Contreras, alias la Paraca, y Sirley Milena Giraldo Pérez, alias la Encuestadora.
Portales como las 2 Orillas, que han documentado el trasegar de Giraldo y sus descendientes en Magdalena, habla de 21 hijos del criminal encargados de no dejar morir la sombra de horror que el apellido Giraldo causa en la Sierra Nevada de Santa Marta.
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