El sábado 23 de enero de 2020 se conoció que, en cercanías al Cañón del Chicamocha, un campesino que estaba preparando un terreno y quien habría provocado un incendio, supuestamente controlado, fue el responsable de que el fuego se saliera de control y todo terminara en una quema de cientos de hectáreas que terminó afectando grande parte de la naturaleza del lugar.
La alcaldesa de Aratoca, Mónica Natalia Avellaneda, mencionó públicamente que, después de visitar el lugar y ver el daño causado, hay que hacer un trabajo muy grande de reforestación y de recuperación de terrenos. Vista la gravedad de los hechos, la mandataria decidió enviar a la Fiscalía General un informe sobre lo sucedido para que se inicien las investigaciones correspondientes.
“Desde la administración municipal también le solicitamos a la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS, para determinar con precisión los daños ocasionados en estos terrenos”, señaló la alcaldesa.
Según César García, director de Gestión del Riesgo en Santander, ya se adelantaron los procesos correspondientes para que se inicie la investigación de lo sucedido y se determinen las implicaciones que tendría esto para el responsable de lo sucedido.
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El director de la Oficina de Gestión del Riesgo de Santander, Cesar García, compartío que el pasado lunes 18 de enero 2021 inició una gran conflagración en el Páramo de Santurbán, la cual reportó la comunidad aledaña al Páramo, esta se presentó justo en el kilómetro 52 sobre la vía que comunica Bucaramanga con el municipio de Pamplona.
De acuerdo con RCN Radio, Pedro Hernández, comandante de bomberos de Tona, informó que a pesar de que el cuerpo de bomberos luchó para mitigar el incendio y que no se incineraron frailejones, especies propias de los páramos en Colombia, sí se quemó un nacimiento de agua que estaba protegido.
“Fue vegetación, pero sí se quemó un nacimiento de agua de esos protegidos, estaba encerrado y las llamas pasaron por ahí y lo quemaron todo. Desconozco si la gente toma el agua de ahí o no, pero seguramente la usan para sus cultivos, el nacimiento sí tenía protección”, detalló el bombero de la localidad a la emisora.
Como esta no es la primera vez que una emergencia así se presenta en el páramo, el ecosistema del mismo ya presenta graves afectaciones, por lo que nace menos agua de la esperada.
En una entrevista de Radio Nacional Santander con el biólogo y especialista en Desarrollo Rural de la Universidad Nacional, Mario Avellaneda, se explicó que el daño más grave que existe en el lugar es que, por el fuego, murieron muchos frailejones, especie de planta que crece un centímetro cada doce meses.
“En primera medida el daño en las comunidades vegetales es muy duro, porque son frailejones altos, medianos o enanos, que tiene como mínimo 80 años de vida”, explicó el biólogo a Radio Nacional.
A pesar de que se han hecho varios estudios en donde se asegura que hay frailejones que pueden recuperarse de las las llamas, un ecosistema tan grande como el del páramo puede tardar unos 30 años en hacerlo. “En el caso del Páramo de Santurbán, donde históricamente se han presentado numerosos incendios y nadie hace nada, pues al menos en 30 años se podrán recuperar las pérdidas de estas siete hectáreas que se llevó el incendio”, comentó Avellaneda.
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