El barrio de Bosa que saquean cada noche

Parece un pueblo fantasma; la mitad de sus predios, comprados por el IDU, yacen desocupados, la otra mitad está habitada y sufre los asaltos nocturnos de delincuentes que, al menor descuido, buscan robarse materiales e instalaciones de servicios públicos para venderos.

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Debido a las denuncias, Policía y Secretaría de seguridad recorrieron las calles de Bosa La Primavera el 25 de enero pasado. Foto: Secretaría de Seguridad
Debido a las denuncias, Policía y Secretaría de seguridad recorrieron las calles de Bosa La Primavera el 25 de enero pasado. Foto: Secretaría de Seguridad

El pasado 18 de enero, una familia del barrio La Primavera (Bosa) denunció que mientras cada uno de sus miembros trabajaba, delincuentes habían roto medio muro de la casa para entrar y hurtar sus objetos más preciados. No era una exageración, medios de comunicación pudieron comprobar las dimensiones del agujero en la pared. Hoy, una semana después, la comunidad asegura que estos hurtos se han vuelto una constante.

Resulta que para la construcción de uno de los cuatro tramos de TransMilenio por la avenida ciudad de Cali, el que va de la avenida Circunvalar Sur (en Terreros, Soacha) a la calle 61 A en Bosa, el Instituto de desarrollo Urbano (IDU) requiere comprar 236 predios, de los cuales lleva ofertados cerca de la mitad. El problema, según los vecinos del sector, es que las casas abandonadas que han sido adquiridas por el Distrito han puesto como blanco de los delincuentes aquellas no que todavía permanecen habitadas.

En las noches, dicen las víctimas, los delincuentes golpean la pared para saber si pueden robar. (Captura video Caracol Noticias)
En las noches, dicen las víctimas, los delincuentes golpean la pared para saber si pueden robar. (Captura video Caracol Noticias)

Al periódico El Tiempo, el presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), José Pulido, le explicó que uno de los requerimientos del IDU para adquirir los predios es que ya estén sin servicios públicos. No obstante, más se demoran los propietarios en hacer la solicitud de cancelación de gas, agua y luz que los amigos de lo ajeno en acudir, maseta en mano, a demoler y robarse las instalaciones y materiales aún servibles, para luego venderlos.

El inconveniente, conforme con el líder de la JAC, es que en el afán de desvalijar las casas los delincuentes han comenzado a hurtar y romper aquellas que aún están habitadas. Quienes aún residen en el vecindario, como las víctimas del robo una semana atrás, coinciden en que les ha tocado...

Colocar un letrero que diga casa habitada para que no se metan a robar

Y es tan grave la situación que si a un vecino le cortaron el servicio de la luz, como parte del trámite para vender el predio, no lo puede dejar solo sino que le toca quedarse en la puerta de la casa para que los ladrones, al verlo en penumbras, no lleguen a saquearlos. “Llegan con macetas, cuchillos y pistolas, son entre 30 y 40, y ahí qué puede hacer uno, nada. Entregar la casita que con tanto esfuerzo construyó”, narró Pulido.

Los periodistas de El Tiempo que acudieron a La Primavera para documentarse sobre la problemática, denunciaron que un grupo de jóvenes, a quienes la comunidad señaló de hacer parte de los delincuentes, les amenazaron: “Aquí no queremos sapos, tienen 20 minutos para salir”.

Pero no solo los jóvenes parecen estar envueltos en las actividades delictivas, también los menores. Hay grupos de niños, quienes son señalados como campaneros, que se dedican a reunir los ladrillos en buen estado de las casas abandonadas pues aseguran se los compran a $ 600.

Ante las denuncias, la secretaría de Seguridad hizo un recorrido por la zona el pasado 25 de enero. Y el IDU aseguró que dispuso “a tres personas de seguridad para que quienes aún no han entregado los predios, tengan seguridad”, pero los pobladores del barrio dicen que de poco o nada sirven, y que tan mal está la situación que cada noche una familia se reporta en WhatsApp para pedir ayuda: “se les van a meter los ladrones”.

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