Acoelorraphe wrightii, palma endémica de la isla de Providencia, fue registrada por investigadores del Instituto Alexander von Humboldt en un bosque ubicado en el punto más alto de la isla, The Peak. Actualmente, son doce expertos del Sistema Nacional Ambiental los que estudian la flora de la región a través de 48 puntos de muestreo. Este hallazgo es una gran avance en la recuperación y conservación de la vegetación de Providencia, ya que, pese al grave impacto que sufrieron los arboles luego del paso del huracán Iota, los investigadores encontraron rebrotes de otras plantas en la zona.
En los ecosistemas terrestres de Providencia, señaló el Instituto Humboldt, hay registros de por lo menos 178 especies de plantas, de las cuales dos son de distribución restringida para las islas del Caribe. Los datos fueron revelados por la línea base de información de biodiversidad, una de las herramientas para las estrategias de recuperación de la isla.
La vegetación de Providencia, en especial la del bosque seco tropical y el manglar, fue la más azotada por los fuertes vientos del huracán Iota. Hace dos meses, días después del desastre, los investigadores del Humboldt constataron la devastación en la zona luego de ver una gran mancha café con árboles caídos.
La palma Acoelorraphe wrightii, una de las dos especies de plantas del archipiélago con distribución restringida en las islas del Caribe, se consideró extinta luego del desastre. En los primeros días de la expedición Cangrejo Negro, el grupo de flora de los Institutos Humboldt y Sinchi no logró encontrarla en las zonas revisadas. Pero, en un bosque ubicado en el punto más alto de la isla, investigadores del Sistema Nacional Ambiental y la Universidad Distrital encontraron un relicto, remanentes supervivientes de un ecosistema en estado de regresión por causas naturales o antrópicas,“hallazgo que demuestra el alto grado de resiliencia de la especie; sin embargo, en esta zona el resto de los árboles sí cayeron por los vientos del huracán”, indicó el Instituto Humboldt.
“Estamos haciendo inventarios florísticos cada 600 metros en la isla para ver cómo quedó la estructura de los bosques después del huracán. En The Peak encontramos la especie Acoelorraphe wrightii, una palma de distribución restringida en el Caribe. Es muy interesante ver que todas sus poblaciones están en pie después de un huracán 6.0”, dijo Roy González, investigador del programa de ciencias básicas de la biodiversidad del Instituto Humboldt.
En diciembre, cuando el Instituto Humboldt inspeccionó por primera vez la isla luego de Iota, la vegetación estaba totalmente afectada. “Las ramas de los árboles no tenían una sola hoja. Dos meses después hemos registrado el rebrote de varias especies de plantas. Estamos viendo cuáles fueron las más afectadas, resilientes y resistentes”, explicó González. En los diferentes recorridos por la isla, los investigadores evidenciaron que de 10 árboles analizados nueve estaban fracturados. Sin embargo, según investigadores de los Institutos Humboldt y Sinchi, ocho de esos árboles cuentan con rebrotes.
En la zona de Manzanillo encontraron un relicto de bosque seco con especies nativas y representativas. Así, será posible que en esta zona se realice el rescate de plántulas para llevar al vivero. En ese bosque intacto, señaló González, encontraron tres especies para rescatar. Esos bosques pueden ser la despensa genética de la isla, ya que son una muestra del estado de la vegetación antes del huracán. “Serán un tipo de banco genético para la recuperación y restauración”.