Con imágenes satelitales el Instituto Humboldt estimó cuáles fueron las áreas de coberturas terrestres más impactadas luego del huracán Iota. Gracias a este trabajo, fue posible reconocer que el 90 por ciento del bosque seco tropical de la isla se vio afectado, en especial el de las zonas ubicadas en el norte de la isla, donde está asentada la mayoría de la población. Según el Instituto, Providencia y Santa Catalina albergan más de 1.000 especies de fauna y flora en sus ecosistemas terrestres y marinos, muchas de las cuales serán evaluadas para estimar sus posibles afectaciones.
El pasó del huracán Iota, el único de categoría cinco registrado en el país, no solo causó impactos en el 100% de la infraestructura de Providencia, isla con una extensión de 1.700 hectáreas y más de 5.000 habitantes. Los fuertes vientos, de hasta 230 kilómetros por hora, afectaron los ecosistemas terrestres y la biodiversidad de la isla, ocasionando mortalidad en la vegetación por el desprendimiento y la pérdida del follaje, además de cambios en la dinámica de los manglares y una posible salinización de los suelos.
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Con el fin de estimar qué tanto fue el grado de afectación de las coberturas de vegetación en Providencia, el Instituto Humboldt usó sensores remotos e imágenes satelitales de entre 1986 y 2020 para analizar el antes y el después de los ecosistemas terrestres de la isla. Luego, los expertos tuvieron acceso a dos imágenes PlanetScope para estimar las afectaciones del huracán Iota en la isla, una del 13 y otra del 20 de noviembre de 2020, las cuales tienen una resolución espacial de tres metros y cuatro bandas espectrales. Con los insumos satelitales del antes y el después de Providencia, el Instituto Humboldt aplicó el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), que permitió observar los cambios en la textura en las áreas de vegetación debido a la pérdida de dosel y el arranque de los árboles y arbustos.
Jose Manuel Ochoa, coordinador del programa de evaluación y monitoreo de la biodiversidad del Instituto Humboldt, señaló que esta información permitió identificar la vegetación perjudicada y estimar las áreas que requerían mayor atención. Así, fue posible evidenciar que el 90% del bosque seco tropical resultó afectado, en especial al norte de la isla, donde está asentada la mayor parte de la población.
Además, fue posible identificar las áreas que pueden servir de fuente tanto de material vegetal como de las especies en términos de biodiversidad, para establecer las otras regiones que necesitan ser recuperadas. “También evaluamos los posibles efectos en los servicios ecosistémicos de la isla, como el de regulación de agua, clave para la supervivencia de las comunidades locales y la biodiversidad de la zona”, explicó Ochoa.
El análisis reveló alteraciones en otros ecosistemas y áreas de Providencia tras el paso de Iota como cambios importantes en la coloración de los humedales, algo que para Ochoa puede estar relacionado con la pérdida de sedimentos. Las imágenes también permiten observar la afectación de varias construcciones, evidenciadas a través de la pérdida de techos y daños generales en las infraestructuras. Tal es el caso del estadio de béisbol y el sector sur del aeropuerto.
A su vez, Hernando García, director del Instituto Humboldt, informó que estos insumos serán la hoja de ruta y el punto de partida para el proceso de recuperación ambiental de la isla, el cual se debe adelantar para asegurar la sostenibilidad de los ecosistemas y de las poblaciones humanas que de ellas se benefician. “Esta información nos permitirá priorizar cuáles son las áreas que en términos de la provisión de servicios ambientales más importantes para dar marcha a la estrategia de recuperación y restauración, la cual iniciará este fin de semana con la expedición de varios expertos del Sistema Nacional Ambiental”, aseguró García.
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