En el programa Séptimo Día del Canal Caracol, se relató la historia de David Saavedra un joven de 25 años que, en medio de la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia del coronavirus, decidió someterse a una liposucción. El joven falleció por complicaciones en su cirugía, y por la ausencia de camas de cuidados intensivos para atenderlo. La familia de David alega que la muerte del joven es consecuencia de negligencia médica.
De acuerdo con el relato de la familia de David, el joven se contactó con el cirujano plástico Manuel Javier Rincón, reconocido popularmente por su trabajo en la ciudad de Bogotá.
Tras las valoraciones, diálogos y negociaciones entre David y Manuel, la cirugía estética del joven quedó programada para realizarse el 28 de junio de 2020, justo cuando la capital colombiana pasaba por el primer pico de contagios de covid-19 y cuando, precisamente, por la complicada situación de ocupación hospitalaria, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, había prohibido, determinantemente, la realización de procesos médicos que no tuvieran un alto nivel de emergencia como, por ejemplo, en este caso, una liposucción.
Aún y con las medidas de seguridad interpuestas por parte de la administración local, y con la preocupación de la hermana y del mismo David de realizar el procedimiento en plena pandemia de coronavirus, la cirugía se realizó el día en que se había pactado el procedimiento, en la clínica Los Cobos, en el norte de Bogotá.
Al salir de la cirugía, comenta la hermana en el programa Séptimo Día, el médico le dijo que todo había salido bien, y que su hermano estaba en muy buen estado de salud.
Los comentarios del médico respecto a la salud de David fueron desmentidos tiempo después: David estuvo por varias horas inconsciente. Al notar la inusual situación, y al no tener mayor información de David, a pesar de que el médico decía que se encontraba bien, la mujer exigió que se le permitiera la entrada para ver a su hermano.
“David estaba intubado, totalmente inconsciente, como si estuviera en coma”, relató la hermana que, además de ello, aseguró que luego de siete horas de estar en ese estado, el doctor aseguró que necesitaba una cama en una Unidad de Cuidados Intensivos pero que, por la pandemia, sería difícil hallar una disponible.
La situación empeoraba con el tiempo para David pues, cuando se logró darle al joven un espacio en una UCI, la hermana descubrió que David había sufrido de un paro cardiorrespiratorio en el transcurso de la cirugía y, que su ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos tenía que ver con una encefalopatía hipóxica. El diagnóstico de David no era alentador, según le comentó la hermana de David a Séptimo Día, había una probabilidad del 99% que no se despertara, probabilidad que se cumplió.
Tras la muerte del joven a causa de su deteriorado estado de salud, y los trámites legales a los que tendría que someterse la familia de David, se descubrió que la póliza que cubría la posibilidad de la muerte del joven en medio de la cirugía no existía. Además, la cuenta a pagar con el hospital ascendía a los $100 millones.
Como consecuencia de la prohibición de este tipo de procedimientos en plena pandemia, para priorizar la vida de las personas contagiadas con el virus, la solicitud del médico para asegurar la póliza de la cirugía estética fue rechazada y, aún así, con ese dato en mente, el médico decidió seguir adelante con la cirugía.
El caso, que ahora quedó bajo disposición de la Fiscalía General de la Nación, tendrá testigos claves para descubrir qué fue lo que sucedió con David, principalmente cuentan con la ayuda de una enfermera que asegura que hubo situaciones irregulares durante la cirugía.
“Voy a seguir investigando hasta el fin de mis días lo que sucedió con mi hijo (...) Así no haga nada más en el resto de vida que me queda (...) a mi hijo lo operaron el día de mayor ocupación de UCI en Bogotá”, aseguró la mamá de David, quien calificó al médico como imprudente y negligente.