Las autoridades confirmaron, este 18 de enero, que cinco de los seis capturados por el asesinato de la menor de 15 años Michelle Amaya, aceptaron cargos. La Fiscalía General de la Nación imputó a los sujetos cinco delitos: homicidio agravado, tortura agravada, concierto para delinquir, hurto calificado y agravado y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Ahora que los implicados aceptaron los delitos, el caso puede continuar para que un juez fije el tiempo de la condena. Cabe resaltar que, en este caso los sujetos no podrán beneficiarse con rebajas de pena ya que la víctima del crimen era menor de edad.
Los involucrados fueron identificados como José Francisco Daza Alarcón, alias Chepe; Wilmar Andrés Daza Alarcón; alias Andrés; Juan Carlos Mendivelso Ibáñez; Jakeline Cala Nieves y Lady Johana Guzmán. Edinson Cervera Guarnizo; alias Pirry, quien sería el jefe de este grupo delincuencial, también está bajo custodia de las autoridades, pero no aceptó cargos, por lo que ahora su futuro será decidido en un juicio.
Los seis implicados fueron capturados el pasado 14 de enero gracias a un operativo realizado entre la Fiscalía, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana en el barrio San Bernardo, en el centro de la capital.
Para asegurar el éxito del operativo, los investigadores entraron a la zona disfrazados de consumidores de droga, ya que habían identificado que los presuntos responsables se dedicaban al expendio. Ahí conocieron a los implicados y posteriormente fueron capturados.
<b>La tragedia alrededor del asesinato de Michelle Amaya</b>
Para Nathalie Amaya, la madre de Lynda Michelle Amaya Buelvas, la angustia empezó el 30 de noviembre, fecha en la que su hija desapareció desde las 11:30 de la mañana. En conversación con el diario El Tiempo, la madre afirmó que lo primero que hizo fue llamar al CAI de su barrio para confirmar que no aparecía su hija y los agentes no le dieron una respuesta favorable.
Nathalie pensó en posibles lugares donde podría haber ido la menor y así fue como llegó a la estación de Transmilenio Avenida Jiménez, en la cual le habían robado el celular a la menor dos semanas previas a la desaparición.
“Ella quedó con mucha rabia en su corazón y empezó a frecuentar esta estación con el fin de mirar a quién pedirle su celular. Tenemos indicios de que ella salió con su bicicleta y se fue a esa estación y alguien le dijo que todos los celulares robados estaban en la calle 13. Ella, dentro de su inocencia, quedó con la esperanza de que iba a encontrar su celular.” explicó la madre de la menor en entrevista con el medio.
Nathalie se dirigió al barrio San Bernardo, el cual se considera el nuevo ‘Bronx’ de Bogotá por su incidencia criminal, desde el 3 de diciembre y se infiltró entre los indigentes para poder reunir pistas que la llevaran a su hija.
“Decidí cambiar mi aspecto físico, envolverme en una cobija de una mascota para que tuviera muy mal olor, trituré mucho carbón para manchar mi cara, entrar a ese lugar y esconderme para que ellos sintieran que yo hacía parte de ese mundo. Así lo hice cada noche”, aseguró durante una entrevista a Caracol Noticias.
La mujer se turnaba: algunos días se infiltró en el barrio y otros días iba a Medicina Legal. En la entidad forense le reiteraban que no habían novedades de su hija. Después de un mes se reveló que todo ese tiempo la menor había estado en el lugar como NN. “Yo pregunto si ha llegado el cuerpo de una niña y me dicen que solo ha llegado el de una mujer recogida en San Bernardo, pero que era entre los 19 y 23 años”, le contó la madre al noticiero.
Nathalie presentía que ese cadáver era el de su hija y la confirmación vino cuándo el 7 de enero Medicina Legal corrigió sus datos y reveló que los dientes del cuerpo encontrado no eran de un adulto, sino de una menor. Cuando la información fue entregada, ya el cuerpo de Michelle había sido inhumado como NN el 15 de diciembre.
La Fiscalía estableció que la menor fue herida en varias oportunidades con arma blanca y que cuando sus posibles agresores pensaron que estaba muerta, la metieron en bolsas negras y, al parecer, desde el tercer piso de una vivienda la arrojaron a la casa vecina, que está en proceso de demolición.
Así mismo, se confirmó que luego de estos hechos, los presuntos responsables utilizaron una carreta de reciclaje para trasladar el cadáver de Michelle Amaya a cuatro cuadras donde sucedió el homicidio, en el que taparon con cobijas las bolsas donde se encontraba el cuerpo.
Al conocer la violencia a la que fue expuesta su hija, Nathalie Amaya y su familia aseguran que lo único que les queda es velar porque se haga justicia en este caso y los responsables del homicidio sean castigados de manera ejemplar.
Le puede interesar: