El 17 de enero de 2019, los noticieros y portales informativos del país se inundaban de la misma noticia: un carrobomba había estallado en el interior de la escuela de policía General Santander. El atentado, que causaba conmoción y angustia en los familiares de los jóvenes que se encontraban allí, dejó a 22 personas muertas y a 68 heridos con diferentes niveles de gravedad. Eliana Martínez Duarte, entonces cadete de la Policía, le narró al periódico El Tiempo los momentos de pánico y angustia que vivió hace exactamente dos años.
El día del atentado coincidía con la ceremonia de ascenso de los brigadieres, entre los que se encontraba Eliana, quien, además de subir un escalón en su clasificación militar, pertenecía a la banda de guerra de la institución, y fue eso, precisamente, lo que la salvó de ser una de las víctimas mortales de los hechos: el cambio de vestuario para el ensayo de otra ceremonia hizo que ella fuera a su cuarto y se alejara del epicentro del atentado, que como ella misma le dijo a El Tiempo, le arrebató a 22 de sus amigos.
Según el relato de Eliana Martínez Duarte, para ese diario colombiano, cuando fue a cambiarse para seguir con su jornada de ensayos y llegó a su cuarto, en donde tenía el traje que se pondría, y que la noche anterior había alistado para cambiarse rápidamente, sintió como el edificio comenzaba a moverse luego de un estallido que, al reventar los vidrios de su alrededor, le hizo varios cortes en su mano izquierda.
En medio del aturdimiento, cuenta Eliana, caminó por los pasillos del establecimiento buscando la salida que la llevaría a las zonas comunes con sus compañeros. En medio de su recorrido, y con un olor extraño que, relató ella, no podía identificar, Eliana logró salir.
“Cuando comenzamos a concentrarnos en el punto de encuentro para emergencias, empecé a ser consciente de los ausentes”, le dijo la entonces cadete a El Tiempo.
Eliana asegura que lo que se vivía a su alrededor era caos. En medio de los escombros, el polvo, y los demás daños materiales que dejó la explosión de lo que después se supo, eran 80 kilos de pentolita, sus compañeros llamaban a sus familiares para decirles que estaban bien, y que habían sobrevivido al ataque perpetrado por hombres que usaron un Nissan Patrol de placas LAF-565 para entrar a la institución.
A las 9:32 de la mañana de ese 17 de enero empezó el terror y la angustia de todas las personas que se veían, de alguna manera, involucradas con el atentado. Algunos de los compañeros de Eliana ya no estaban con vida, y sus familiares no tenían mucha información sobre lo que estaba pasando dentro de la General Santander.
Eliana, al igual que sus compañeros, llevaba un año y medio alojada en ese lugar, preparándose para ser una nueva subteniente de la Policía Nacional.
Las noticias seguían reportando lo que sucedía en la General Santander y, con el pasar de los minutos, fueron saliendo a la luz los nombres de los jóvenes que habían fallecido o que habían desaparecido tras el violento ataque.
Horas después se fueron conociendo más detalles sobre la acción violenta, como que, por ejemplo, quien iba conduciendo el carrobomba era un integrante del ELN conocido dentro de esa organización, al margen de la ley, como ‘El Mocho’. José Aldemar Rojas, era su nombre real, y falleció a causa de esa explosión.
De acuerdo a los informes de las autoridades, y a las cámaras de seguridad que ayudaron a la indagación posterior, el automóvil ingresó por una puerta auxiliar del establecimiento cerca de las 9:30 de la mañana, lo que le permitió entrar hasta la avenida Santander.
A su paso, el hombre que iba conduciendo el carrobomba se llevó por encima a los uniformados que se encontraban cerca a la entrada y, al llegar a la plazoleta, dentro del automotor se inmoló.
Ricardo Andrés Carvajal Salgar fue detenido en Bogotá el 18 de enero de 2019, un día después del atentado. De acuerdo con la investigación en su contra, el hombre, luego de ser interceptado, reconoció ser uno de los responsables del hecho que dejó sin vida a 22 jóvenes. Detrás de Carvajal, 12 personas más fueron capturadas, y se enfrentan a una investigación que, para Carvajal, empezó a resolverse el pasado 15 de enero, de acuerdo a la información otorgada por El Tiempo.
El 23 de diciembre de 2019, casi un año después de los hechos, el presidente colombiano, Iván Duque, ascendió a los 22 cadetes fallecidos de manera póstuma. A mediados de 2020, Eliana y sus demás compañeros sobrevivientes también fueron ascendidos.