Andrés Perea inició su camino en el fútbol profesional con los colores de Atlético Nacional, en 2017, siguiendo los pasos de su padre, Nixon, quien los portó en la década de los 90. Estaba por cumplir 17 años cuando afrontó su primera temporada; apenas arañó minutos de un par de partidos en la liga colombiana y estuvo presente en un juego de la copa doméstica. Tampoco contó con mayores oportunidades al año siguiente, pero trabajó guiado con el ímpetu de su juventud y la continuidad apareció en 2019, de la mano del entrenador Paulo Autuori.
Demostró sus condiciones y se convirtió en una carta importante para el estratega brasileño, quien aseguró ese año que “es raro que un muchacho de esa edad tenga la claridad, tranquilidad y madurez para plasmar eso en cada partido. Me tiene muy contento”, exaltando las cualidades del mediocampista. El anhelo de Perea era reafirmarse en el verde de Antioquia y seguir su camino hacia el fútbol de Inglaterra, como quedó consignado en declaraciones que recopiló El Colombiano.
En 2020, llegó la oportunidad de jugar con el Orlando City y asumió el reto. El coronavirus quiso arrebatarle el balón de su consolidación en la MLS, pero no fue suficiente. La joven promesa acumuló 1291 minutos en cancha, distribuidos en 28 presencias con el equipo. Sus buenas presentaciones no pasaron desapercibidas, en la orilla del equipo de trabajo de la selección de Estados Unidos, y empezaron a tenerlo en el radar; el jugador nació en Tampa y por eso tiene la doble nacionalidad.
Finalmente, esta semana se conoció que Perea recibió la autorización para representar al combinado norteamericano, a pesar de que tuvo la oportunidad de jugar con Colombia los mundiales de las categorías Sub-17 y Sub-20, en 2017 y 2019, respectivamente. La FIFA le concedió la solicitud de cambio de asociación para vestir los colores de Estados Unidos, como lo informó la USMNT, a través de redes sociales, y ahora puede disputar partidos oficiales; en diciembre fue invitado a entrenar con la absoluta, por el timonel Gregg Berhalter.
“Fue una decisión muy importante para mí. Colombia es mi país también, pero es un honor representar a Estados Unidos, como lo hice con la ‘tricolor’ en el pasado”, expresó el futbolista, cuando se enteró de la noticia.
El primer objetivo de Perea, con la selección, es quedarse con un lugar en la plantilla Sub-23 que luchará por un boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio, en el torneo clasificatorio de la Concacaf que se disputará en el mes de marzo, con sede en México. Después, seguirá adelante en el proceso con el equipo de mayores, alimentando la ilusión de jugar en el camino a Catar 2022 y ser parte del grupo que afronte la cita orbital, si logra la clasificación.
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