El pasado 11 de enero, Donald Trump, el presidente saliente de los Estados Unidos, volvió a incluir a Cuba en la lista de los Estados patrocinadores del terrorismo, de la cual había sido retirada en el 2015 por el Gobierno Barack Obama. La decisión, sin embargo, trascendió la frontera de los dos países y también fue tema de discusión en el debate público colombiano: congresistas uribistas le pidieron al presidente Iván Duque decisiones de fondo en cuanto al relacionamiento con Cuba, mientras que los progresistas solicitaron mantener el apoyo al Gobierno de la isla.
“En las relaciones diplomáticas de nuestra nación, hoy Cuba significa un obstáculo real para poder alcanzar esa paz con justicia que anhelamos todos los colombiano”, se lee en una carta firmada por miembros del Centro Democrático dirigida al presidente Duque, dada a conocer tres días atrás, en la que se le pide “una revisión cuidadosa, y decisiones de fondo, respecto a las relaciones con el régimen cubano liderado hoy por Miguel Díaz-Canel”.
En contraste con la solicitud del sector uribista, Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, quienes estuvieron en cabeza del equipo negociador de los Acuerdos de Paz firmado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc, pidieron no echar al traste las relaciones con Cuba, todavía más teniendo en cuenta su apoyo a las negociaciones con la guerrilla en la Habana, en el que ese país puso “a nuestra disposición una multiplicidad de casas, salones de conferencia y —mucho más importante— sus más expertos diplomáticos”. Sería un “despropósito y un acto de ingratitud”, añadieron.
Pues bien, la mañana de este 17 de enero, al reproche hecho por Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo se unió el senador Iván Cepeda, junto con la colectividad de la cual hace parte, el Polo Democrático Alternativo. El congresista compartió un comunicado en el que se deja clara la posición de la colectividad:
“Recordamos al Presidente y a la Cancillería que es su deber cumplir con los principios de respeto del derecho internacional y orientar la política exterior hacia la integración latinoamericana”.
En el comunicado, el Polo aseguró que también rechaza “el supuesto informe oficial que habría sido elaborado por agencias de seguridad del Estado en el que se hacen toda clases de montajes, mentiras y calumnias para intentar poner fin a las relaciones con la república de Cuba”. El documento al que hace referencia el partido político es el que revista Semana dio a conocer este sábado y que llevaba como título, según ese medio, ‘Estrategia de injerencia cubana en asuntos de independencia y soberanía de Colombia’.
En el artículo difundido por Semana se asegura que en el informe del Gobierno, al que tuvo acceso, dice: “Cuba ejecuta una estrategia de injerencia en Colombia a través de la orientación de cubanos con cobertura diplomática en organizaciones sociales solidarias, la infiltración de programas de cooperación con autoridades locales y su financiación por medio del ELN”.
El Polo Democrático aseguró que además de descalificar al personal diplomático cubano, el “supuesto informe” pretende obstruir la participación de la oposición en las elecciones de 2022 y clausurar toda posibilidad de diálogo con ELN, justo en el momento en que “numerosas voces colombianas exigen avanzar en una paz total” . Pero no se quedó ahí:
Se pretende justificar el respaldo del Gobierno el colombiano a la cruzada de administración que adelanta el presidente Donald Trump en contra del diseño de una nueva política por parte del presidente electo, Joe Biden.
Al documento, que el Polo cerró con la frase “Cuba tiene nuestro apoyo, agradecimiento, solidaridad y aprecio”, también concluyó: “El supuesto informe oficial contra Cuba demuestra también la desesperación de la extrema derecha uribista por el ascenso de los progresistas”.
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