El primero de diciembre del año pasado, se encontró un cuerpo en el barrio San Bernardo, en el centro de Bogotá. El cadáver permaneció en Medicina Legal hasta que, el primer día del 2021, Nathalie Amaya confirmó el desenlace fatal de la búsqueda de su hija de 15 años, Lynda Michelle Amaya Buelvas, quien se encontraba desaparecida desde el 30 de noviembre.
Posterior a esto, por el grado de descomposición del cuerpo, Medicina Legal tuvo que confirmar que efectivamente se tratara de Amaya. El 7 de enero, la entidad confirmó que, en discrepancia con un primer dictamen que aseguró que se trataba de una adulta entre 19 y 23 años, el cuerpo recluido en las instalaciones desde hace más de un mes sí era el de la hija de Nathalie, acabando con sus esperanzas de encontrar a la menor con vida.
La desaparición
Michelle padecía de un leve trastorno cognitivo, y según la información entregada por la familia, la desaparición de la joven se dio cuando estaba en la búsqueda de su celular que le había sido robado dos semanas antes en la estación de Transmilenio de la Avenida Jiménez.
Nathaly le contó a la revista Semana que Michelle había quedado muy triste por la pérdida de su celular, y en especial porque al realizar el denuncio frente a un patrullero, este no le prestó atención a causa de la discapacidad de la menor.
“Ella quedó con mucha rabia en su corazón y empezó a frecuentar esta estación con el fin de mirar a quién pedirle su celular. Tenemos indicios de que ella salió con su bicicleta y se fue a esa estación y alguien le dijo que todos los celulares robados estaban en la calle 13. Ella, dentro de su inocencia, quedó con la esperanza de que iba a encontrar su celular.” explicó la madre de la menor en entrevista con el medio.
Según narró a El Tiempo, El 30 de noviembre en la noche, la madre llegó a su residencia en Prado Veraniego, localidad de Suba, y no encontró a la menor. Pensando en posibles lugares en los que se encontraba, pensó en la casa de la mejor amiga. Sin embargo, una llamada a la otra menor en la mañana del día siguiente indicó que su hija habría desaparecido y no se sabía nada de ella desde las 11:30 de la mañana.
Esta fue la publicación que la madre de Michelle utilizó para dar con el paradero de su hija, quien en el día de su desaparición llevaba un jean negro, zapatos negros, saco blanco y chaqueta negra.
En conversación con el diario capitalino, la madre afirma que lo primero que hizo fue llamar al CAI de su barrio para confirmar que no aparecía su hija y los agentes no le dieron una respuesta favorable. De inmediato, Amaya pensó en el Parque Tercer Milenio, en el centro de Bogotá, y en la estación Jiménez, en la cual le habían robado el celular a la menor.
“Ella, dentro de su inocencia, quedó con la esperanza de que iba a encontrar su celular. Ella sale hasta el Tercer Milenio, habla con muchas personas y parece ser que a todas les pregunta por su celular y está desaparecida desde ese día”, manifestó la madre a Semana, confirmando que Michelle estaba en busca de su celular.
La búsqueda
Nathalie le dijo a Noticias Caracol que, desde que supo esto, se dirigió al barrio San Bernardo, el cual se considera el nuevo ‘Bronx’ de Bogotá por su incidencia criminal, desde el 3 de diciembre y se infiltró entre los indigentes para poder reunir pistas que la llevaran a su hija.
“Decidí cambiar mi aspecto físico, envolverme en una cobija de una mascota para que tuviera muy mal olor, trituré mucho carbón para manchar mi cara, entrar a ese lugar y esconderme para que ellos sintieran que yo hacía parte de ese mundo. Así lo hice cada noche”, aseguró al medio.
En diálogo con El Tiempo, la mujer narra que su jornada consistía en hacer una cuadrícula entre el barrio Santa Fe y San Bernardo, la cual iniciaba en horas cercanas a las 4:30 de la mañana. En la noche, volvía en el último TransMilenio a su casa, a eso de las 10 de la noche. “Llegaba y me dolía pensar que estaba ahí todo, su habitación, su gatito, sus hermanitos… pero ella no”, dijo.
La familia de la adolescente le dijo a Pulzo que recibió extorsiones en más de 167 llamadas desde centros penitenciarios, por la popularidad del aviso en redes.
“Nos han hecho extorsiones desde un millón y hasta cinco millones de pesos, y nos han enviado datos y fotos falsas. El sábado, por darnos información de la niña, nos pidieron 300.000 pesos y, obviamente, fue información errada porque nunca nos dieron respuesta que nos llevara a tener un rastro de ella”, contó Nathalie.
Incluso, les exigieron dinero por entregar de vuelta a la menor. “Exigían rescates, exigían dinero a cambio de la niña. Ellos la tenían, nos exigían sumas de dinero so pena de que si no les consignábamos, nos enviarían el cadáver de la niña envuelta en bolsas negras”, relató al informativo Nelson Amaya, abuelo de la Michelle en Noticias Caracol.
Las autoridades recibieron la denuncia, que condujo la Fiscalía General de la Nación y se le asignó a un investigador que tuvo que cambiar. Insistentemente, la mujer iba a Medicina Legal, lugar en el que estaba el cuerpo de su hija sin su conocimiento, y le reiteraban que no habían novedades.
La entidad forense le tomó a Nathalie una entrevista de 45 minutos en la que le pedían los rasgos de la niña. “Cicatrices, dentadura, nariz. Yo pregunto si ha llegado el cuerpo de una niña y me dicen que solo ha llegado el de una mujer recogida en San Bernardo, pero que era entre los 19 y 23 años”, le contó la madre al noticiero. Para Nathalie, ese cadáver era el de su hija.
Finalmente, fueron las cordales las que le indicaron a la entidad que no se trataba de una mayor de edad, ya que estos dientes no habían brotado. Solo hasta el 7 de enero, más de un mes después del levantamiento, Medicina Legal le dio la razón a las sospechas de la madre y se confirmó que el cuerpo era el de Michelle. La madre le contó a El Tiempo que el cuerpo de su hija fue inhumado como NN el 15 de diciembre y resalta la incompetencia de Medicina Legal, ya que pudo haberse ahorrado días de búsqueda y dolor. El 9 de enero se llevaron a cabo las exequias de la adolescente.
La captura de los responsables
Por el asesinato, la Fiscalía, junto con el Gaula, Sipol, Policía Judicial y la Sijín, capturó a alias ‘Andrés, ‘Juan Carlos’ y ‘Chepe’, integrantes de la banda Los Tazmania, en el mismo barrio en el que asesinaron a la menor. Un juez de control de garantías imputó a los hombres por los delitos de homicidio agravado y tortura.
El ente acusador estableció que la menor fue herida en varias oportunidades con arma blanca y “que cuando sus posibles agresores pensaron que estaba muerta la metieron entre bolsas negras y al parecer, desde el tercer piso de una vivienda, la arrojaron a la casa de enseguida, que está en proceso de demolición”.
A su vez, la Fiscalía confirmó que luego de estos hechos infames, los presuntos responsables utilizaron una carreta de reciclaje para trasladar el cadáver de Michelle Amaya a cuatro cuadras donde sucedió el homicidio, en el que taparon con cobijas las bolsas donde se encontraba el cuerpo.
Según la Unidad Investigativa de El Tiempo, que accedió a la información en exclusiva, las autoridades reconstruyeron el último recorrido de la joven a través de las cámaras de seguridad del lugar, esto se basó en 4.200 minutos de video recolectados por la Policía de la ciudad.
En las pesquisas, los investigadores entraron al barrio San Bernardo utilizando el método de búsqueda de Nathalie. Los agentes se disfrazaron de consumidores de droga, ya que habían identificado que los presuntos responsables se dedicaban al expendio. Así fue como conocieron a alias ‘Jackeline’, la mujer que maneja el negocio de Los Tazmania y que, junto a alias ‘Pirry’, presunto jefe de la banda, y su novia alias ‘Leidy’, fueron capturados también.
En su pronunciamiento, el fiscal general, Francisco Barbosa, aseguró que no permitirán que el barrio San Bernardo se convierta en el siguiente Bronx. “Hoy ese barrio es una olla de delincuentes que va a ser atacada por las autoridades”, aseveró.
Colombia vive una ola de feminicidios que preocupa a las mujeres que habitan el país. Durante los primeros 12 días del año se registraron 13 feminicidios y tres de los casos corresponden a víctimas que no tenían más de 15 años.
Durante 2020, el panorama también fue preocupante. Según el Observatorio Feminicidios Colombia, entre enero y noviembre de ese año, en el país se registraron 568 feminicidios: 42 en enero, 46 en febrero, 42 en marzo, 26 en abril, 31 en mayo, 54 en junio, 50 en julio, 68 en agosto, 85 en septiembre, 64 en octubre y 60 en noviembre.
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