“Quiero morir cerca de los míos”, la dramática historia del colombiano que quiere salir de una cárcel en China para morir en Colombia

Francisco Javier Rondón lucha para que el próximo documento que le llegue no sea su partida de defunción estando en la cárcel de Shanghái.

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Francisco Javier Rondón, el colombiano
Francisco Javier Rondón, el colombiano que solicita ser repatriado de una cárcel en China, para poder morir en Colombia.

De acuerdo el diario colombiano El Tiempo, su familia tiene un audio en el que Francisco Rondón, un hombre de 44 años, pide tanto a las autoridades colombianas como a las de China que escuchen su clamor y que le permitan morir en su país, ya que fue declarado como un paciente desahuciado por cuenta del metástasis que hizo un cáncer que padece en su estómago.

“Hermanos soy Francisco Javier Rondón, ciudadano colombiano. Nací en Cali en 1976. Tengo 44 años y en estos momentos me encuentro detenido en Shanghái. Recurro a ustedes porque estoy atrapado en un grave y mortal peligro”, dice Rondón desde la prisión de Quin-Pu de Shanghái, República Popular China.

María del Pilar Rondón, hermana del colombiano, afirma que su hermano fue un ser humano ejemplar hasta que las necesidades y la falta de oportunidades lo hicieron tomar una mala decisión.

En el audio que posee la familia, Rondón hace un recuento de cómo él pensó que el cáncer había sido un tema superado en su juventud, tras haberse sometido a quimioterapias y cirugía cuando tenía cerca de 23 años, pero que ahora ese enemigo, que duró oculto en su cuerpo por años, ha regresado y que lo único de pide de manera solidaria es poder morir en Colombia, ya que le confirmaron que su cáncer había hecho metástasis y que afectaba un pulmón.

“A fines de la década de los 90 y comienzos del 2000 me diagnosticaron un cáncer que me afectaba la zona posterior del peritoneo (membrana que envuelve el abdomen), el sistema linfático y el pulmón izquierdo. Fue una batalla que incluyó cirugía y quimioterapia en la que el mal desapareció, pero me advirtieron que podría volver en cualquier momento y debía tener exámenes periódicos”, relató Rondón.

Su familia le indicó al diario El Tiempo que para esos años Francisco era un joven aplicado reconocido por sus notas al graduarse como bachiller y que logró ingresar a la Universidad del Valle, pero debido al cáncer no pudo seguir sus estudios y, en medio de falta de recursos en casa, tomó la fatal decisión de arrancar en marzo de 2011 a Bogotá. Sus allegados le perdieron el rastro hasta mayo de ese mismo año cuando les notificaron que él se encontraba encarcelado en China por el porte de 900 gramos de droga.

A pesar que Rondón dio aviso de su condición de salud cuando fue recluido en la cárcel, pasó varios años sin chequeos ni visitas al médico. En 2014 aprendió hablar inglés, pero solo hasta el 2018 pudo solicitar que lo examinara un médico porque empezó a sentir molestias por una protuberancia en su abdomen.

“Acudí a la enfermería y el médico, por tacto, me dijo en 2018 que presentaba un endurecimiento en el abdomen, al lado izquierdo. Me preocupé y pedí que se me ordenara el TAC abdominal (tomografía por computador) y tres exámenes de sangre”, cuenta Rondón en su audio.

Agregó que desde entonces fue enviado a una prisión hospital donde le realizaron unos exámenes. A cambio del TAC le hicieron un ultrasonido y el médico, del que tiene el código pero no el nombre, le dijo que estaba dentro de lo normal y que el ultrasonido no mostraba nada.

En julio del año 2018, decidió hacer una huelga de hambre para que lo examinarán nuevamente, y esta vez la sorpresa la reveló un TAC en el cual detectaron el tumor en la zona peritoneal, por el que estuvo internado en ese hospital por varios meses en medio de pruebas, imágenes de resonancia y biopsias.

Ya en 2019, Rondón fue sometido a seis semanas de quimioterapia, sin embargo, los exámenes revelaron que el tumor seguía creciendo. Rondón dice que tras las quimioterapias “me dijeron que debía esperar efectos unos tres meses, pero insistió hasta que lo llevaron en octubre pasado al hospital. El diagnóstico es que hay metástasis y me está afectando un pulmón. El doctor me dijo que debía firmar un documento para consentir una quimioterapia paliativa. Le hice un cuestionario virtual y las respuestas fueron desalentadoras porque ya soy considerado un paciente desahuciado y solo me pueden extender la vida por un tiempo. Puede que haya un tratamiento que me devuelva la esperanza en mi país. Pido compasión a todos para que envíen mensajes de apoyo al Ministerio de Justicia, a la Embajada. No puedo esperar a que el próximo documento que se expida sea el de mi defunción. Quiero morir cerca de los míos y agradecerles a mis padres y a mi gente”, sostuvo el colombiano para el periódico de Bogotá.

Ante el caso de Francisco Rondón, El Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la Dirección Asuntos Migratorios, Consulares y Servicio al Ciudadano y el Consulado de Colombia en Shanghái, República Popular China, asegura que a Rondón se le ha brindado una continua y permanente asistencia consular en el marco de lo contemplado en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y el Decreto 869 de 2016, sin embargo, su caso ha tenido retraso de estudio por la pandemia.

“Al connacional se le está practicando quimioterapia para atender su situación de salud, encontrándose que a la fecha se cuenta con un plan médico para garantizar su tratamiento”, señaló el Cónsul junto con la traductora del Consulado, en la última visita consular del 18 de diciembre de 2019.

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