La petrolera más importante del país, Ecopetrol, respondió ante las acusaciones del periodista Daniel Donadío de haberle pagado a un espía israelí para acabar con la Unión Patriótica (UP), bajo el mandato del entonces presidente de la República, Virgilio Barco. En una comunicación dirigida al diario El Tiempo a manera de respuesta, la empresa dijo que rechazaban “enfáticamente las acusaciones, sin pruebas, de haberle pagado honorarios a un agente extranjero”.
Lo que dijo Donadío en su columna en el portal Los Danieles fue que bajo la directriz de Virgilio Barco, Ecopetrol le pagó la suma de dinero que pedía Rafi Eitan, conocido como el ‘Cazador de Nazis’, y quien hacia parte de la inteligencia israelí, para eliminar a los integrantes de la Unión Patriótica, partido conformado por exguerrilleros de las Farc que se habían desmovilizado en un proceso de paz con la administración pasada de Belisario Betancur.
En la columna, el reconocido periodista de investigación escribió que “Barco se comunicó con Juan José Turbay (fallecido el 7 de diciembre de 1995), miembro de la junta directiva de Ecopetrol, para que esta autorizara el pago a Eitan”, el comunicador afirmó que revisó las actas de ese tiempo pero que no quedó registrado la gestión de la junta.
La Unión Patriótica se convirtió en uno de los movimientos víctimas de persecución, asesinatos, torturas, secuestros, y todo tipo de crímenes que dieron como resultado más de 6.000 víctimas y que llevaron a la desaparición del partido por mucho tiempo. Según relata Donadío, el panorama era bastante preocupante en la época en la que Barco asumió la presidencia de Colombia, años 80. Apoyado de las cifras que consultó con sus fuentes, durante el gobierno de cuatro años de Barco, fueron asesinadas cerca 78.000 personas.
De acuerdo con la información recopilada por el periodista para su columna, Barco y Eitan se habían puesto en contacto por el interés que tenía el presidente colombiano en el trabajo de espionaje del israelí. El hombre fue contratado por Barco para hacer parte de su bancada bajo el cargo de agente de inteligencia.
Con el objetivo de “descubrir cómo acabar con la guerrilla”, Eitan llegó al país para apoderarse del cargo que su amigo Barco había destinado para él, sin refutar y sin poner en discusión con su bancada la decisión de contratar al israelí para asumir operativos de inteligencia en el país.
Así estuvo durante un periodo de tiempo hasta que, antes de que se firmara un segundo contrato con el extranjero, Germán Montoya, entonces secretario de Gobierno, se opuso a que el hombre continuara haciendo labores que le correspondían a las autoridades locales y no a un espía extranjero, continúa la investigación.
Con información de una fuente que le pidió al periodista reservar su identidad, el plan del israelí era “eliminar” a los miembros de la UP, y que él se encargaría de hacerlo siempre y cuando el Gobierno nacional le diera un segundo contrato. La persona que le dio esta información al periodista aseguró que el presidente “no cuestionó” la propuesta de su amigo Rafu Eitan.
La respuesta de Rafael Pardo
Ante estas acusaciones, Rafael Pardo Leal, quien fue director del Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), consejero de Paz y estuvo tres años en la junta de Ecopetrol, dijo “no recuerdo al tal Rafi Eitan ni recuerdo reuniones a ningún título. Y si existieron, puedo garantizar que, a diferencia de las motivaciones inexplicables de la columna del periodista, jamás Virgilio Barco habría considerado una propuesta que no obedeciera a la seguridad de todos y cada uno de los ciudadanos de Colombia”, escribió Pardo en una columna publicada en El Tiempo.
También dijo que si Barco estuvo detrás del exterminio de la UP, no existieron Pablo Escobar, ni Rodríguez Gacha, ni los Rodríguez Orejuela, algunos de los narcos con más impacto en la violencia del país. Incluso dijo que en ese tiempo entre el presidente y los gobernadores, se nombraban a los alcaldes en los municipios del país y que Barco puso alrededor de 15 de la UP al frente de las ciudades.
Pardo recordó que Barco logró la paz con el M-19 y derogó el decreto del expresidente Guillermo León Valencia que autorizaba las autodefensas. Finalmente dijo que la fuente que manejaba Donadío y que se mantuvo en reserva, debería ir a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) o a la Comisión de la Verdad por tratarse de una acusación tan grave.
“Es una pena no contar con la memoria de Guillermo Perry, o de Germán Montoya. O de Horacio Serpa Uribe y de Low Murtra. O, incluso, de Carlos Ossa y del propio Virgilio Barco, para que le exigieran al autor de esta fantasiosa historia probar su infamia”, concluyó.
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