En un artículo que publicaron en el periódico El Colombiano, el más tradicional en Medellín (Antioquia), las personas que aspiran a tener su licencia de conducción en Colombia siguen realizando maniobras fraudulentas para obtener ese documento sin completar su formación teórica y práctica.
De acuerdo con la información del diario antioqueño, como consecuencia de la entrega de licencias a aprendices que no asistieron a sus clases de conducción y que no completaron las horas de aprendizaje exigidas por la ley, la Superintendencia de Transporte tuvo que realizar en 2020 unas 70 investigaciones entre los 530 Centros de Enseñanza Automovilística (CEA), que son avalados por el Ministerio de Transporte para la formación de los nuevos conductores de motocicletas y automóviles en Colombia.
De esas investigaciones, señalaron en El Colombiano, solo se impusieron 12 sanciones a los centros de enseñanza que se vieron inmersos en irregularidades con los aprendices de conducción.
Por otro lado, los aprendices siguieron recurriendo a maniobras fraudulentas para saltarse el tiempo de formación requerido para obtener la licencia de conducción, pese a que en 2017 se implementó el Sistema de Control y Vigilancia en Línea (Sicov), con el que se buscaba precisamente evitar estas situaciones, según indicaron en el diario antioqueño.
Entre las acciones fraudulentas, la Superintendencia encontró que se manipulaban los lectores biométricos con los que se certifican las horas de aprendizaje en los centros de formación automovilística.
Al parecer una de las formas de hacerlo, era a través del estampado de huellas digitales en parafina que después pasaban por los dispositivos biométricos para así certificar a los aprendices que no asistían a sus clases.
Esto sería un revés para el Sicov, ya que con los lectores se reemplazaron las planillas físicas con las que se registraban las firmas de asistencia formativa de los aspirantes a conductores, lo que permitía todavía mayores irregularidades.
“En un comparativo entre 2019 y 2020, los operadores homologados del Sicov identificaron de forma más recurrente este tipo de inconsistencias y, además, más variedades de la misma”, le dijo a El Colombiano el superintendente de Transporte, Camilo Pabón.
El funcionario señaló que aparte de que con este tipo de acciones se incrementa la accidentalidad en las vías del país, quienes prestan sus huellas digitales para los reconocimientos biométricos, también se exponen a que sus huellas se usen en otro tipo de fraudes.
En El Colombiano explicaron que una de las consecuencias es precisamente el incremento de los accidentes de tránsito, ya que según las cifras la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el 40 por ciento de la siniestralidad en las vías la causan los conductores cuyas licencias tienen menos de tres años.
“Por tanto, nuestra tarea es que las personas que accedan a una licencia deben tener el desarrollo de las competencias necesarias para que sean corresponsables en su comportamiento en las vías, al igual que con las destrezas y habilidades para conducir un vehículo motorizado”, explicaron desde esa Entidad en El Colombiano.
En el artículo también consultaron con el experto en movilidad Darío Hidalgo, quien señaló que parte del problema de las irregularidades en la entrega de las licencias se da porque esa responsabilidad se le delegó casi de forma exclusiva a los centros de enseñanza y agregó que se debía pensar en que se realice un único examen estatal con el que se corroboré que los aprendices adquirieron las habilidades requeridas para conducir.
“Es necesario que las escuelas cuenten con mecanismos de control por parte del Ministerio de Transporte, la Superintendencia de Transporte y las autoridades locales”, expresó Hidalgo en El Colombiano.