El 11 de agosto de 2020 se dio en Cali la masacre de Llano Verde en el que cinco menores de edad aparecieron muertos en un maizal cerca a sus casas, al oriente de la capital del Valle. Tres personas habían sido señaladas como presuntos responsables, dos fueron capturados, pero el principal sospechoso, Gabriel Bejarano, alias el Mono, permanecía prófugo. La Fiscalía reportó este viernes que finalmente fue atrapado.
En un operativo coordinado por la fiscalía de la Seccional Cali, la Sijín capturó al hombre señalado de ser el presunto autor material (quien disparó a los menores) en zona rural del municipio de Bolívar, al norte del departamento del Valle del Cauca. La Fiscalía General de la Nación informó que la detención se materializó bajo una orden judicial durante un allanamiento de una finca en ese sector.
El ente acusador le imputará cargos ante un juez de control de garantías por los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, además, pedirá medida de aseguramiento en centro carcelario. Por este caso fueron capturados, en agosto de 2020, Juan Carlos Loaiza Ocampo y Jefferson Marcial Angulo Quiñonez a quienes se les imputaron cargos por fabricación, porte y tráfico de armas de fuego o municiones y homicidio agravado por la muerte de los menores Leyder Cárdenas, Jair Andrés Cortés, Juan Manuel Montaño, Jean Paul Perlaza y Álvaro José Caicedo.
En su momento ninguno de los dos aceptaron los cargos, pero en diciembre Elmer Montaña, abogado de uno de los menores, dijo a El País que las pruebas que presentó Medicina Legal son suficientes para que se les impute el delito de tortura.
“Extrañamos que la Fiscalía no les haya imputado y acusado también por el delito de tortura pese a que existen constancia de Medicina Legal en el sentido que dos de los jóvenes asesinados habían sido torturados”, sentenció el abogado.
El diario valluno recogió los perfiles de los dos presuntos culpables Jefferson Angulo trabajaba como operario de máquinas en AIRO, una empresa de ingeniería que realizaba obras en el jarillón del rio Cauca (un dique o barrera para evitar inundaciones). Juan Carlos era vigilante de la empresa Control interno y Transporte, que estaba contratada para cuidar las máquinas y acompañar a los ingenieros de las obras de AIRO. Estas se estaban llevando a cabo en la finca donde hallaron los cadáveres de los menores de edad.
Por ahora, Gabriel Alejandro Bejarano, alias ‘El Mono’, quien sería el directo asesino, está fugado. Las autoridades ofrecen una recompensa de 20 millones de pesos por brindar información que lleve a su captura. Los dos hombres capturados dijeron ante el juez 25 de control de garantías de Cali que él habría cometido el crimen.
Cómo sucedió la masacre
Según relatan sus familiares, los jóvenes salieron desde muy temprano el 11 de agosto de 2020. Hacia las 6 de la tarde, un niño le preguntó a la hermana de Jair Andrés Cortés si él ya había llegado, pero ella le dijo que no. Al cuestionarle por la pregunta, este le dijo que habían ido al cañaduzal pero que él se devolvió y ellos siguieron. Ante esta situación ya varias de las madres se reunieron y fueron al cañaduzal a buscarlos. “Había una casa blanca. Cuando comenzaron a ver todos los celulares alumbrando, apagaron el bombillo. Nosotros duramos casi 15 minutos llamando y no salía nadie”, le dijo la mujer a Publimetro. Al parecer Bejarano le habría disparado a los jóvenes pensando que eran ladrones.
Al gritar que llamarían a la Policía, salió un hombre “tembloroso, sospechoso y asustado” a decir que no había visto a nadie. Luego llegaron los policías quienes estaban buscando a otras personas, pero ya juntos se encontraron la escena. Los cuerpos, según el padrastro de una de las víctimas mortales, estaban dispuestos a ser sepultados, para no dejar rastro del crimen. Esto se dio a las 8:50 de la noche.