“En la naturaleza uno ve muy poco de lo que oye”, así describe el biólogo Mauricio Álvarez su experiencia de más de 25 años recorriendo selvas y distintos ecosistemas de Colombia, para capturar los sonidos que ofrece la naturaleza.
Su contribución para los archivos sonoros del país y para el Instituto Humboldt ha sido tal, que hoy la Colección de Sonidos Ambientales lleva su nombre. Al ser pionero de esta actividad, a Álvarez se le atribuyen los más de 23.348 archivos de audio ambientales que resguarda el Instituto.
Por medio de un comunicado, la entidad hizo un homenaje a este biólogo, además de anunciar que se podrá acceder de forma gratuita a toda la colección de sonidos.
En una entrevista compartida por el Instituto Humboldt, Mauricio Álvarez confiesa que su lugar favorito es el río Duda, afluente del río Guayabero en el departamento del Meta, en donde empezó como encargado de la estación primatológica de La Macarena.
“Era adictivo llegar a los sitios de muestreo a las 5 de la mañana, justo antes de que amaneciera. El bosque para ese momento es un lugar lleno de sombras. En la medida en que se va ganando luz, los sonidos empiezan a incrementarse hasta la explosión de un concierto que pocos tenemos el privilegio de apreciar. Es justo en ese momento en que debe empezarse a grabar”, describe Álvarez.
En ese momento, en la última década del siglo XX, la grabadora del biólogo era casi un maletín con cassette y micrófono unidireccional. “Se debía monitorear el estado de la cinta y llevar consigo más de un repuesto. Una hora de grabación puede traducirse en tres de identificación de cada sonido”, señala el comunicado.
En palabras de Álvarez, los archivos adquieren vida con el paso del tiempo: cada vez que se escuchan es posible identificar nuevos sonidos que en un primer momento pasaron desapercibidos. Según la información del Instituto, en el registro personal de Mauricio se cuentan más de 10.000 grabaciones y quizá el 30 % de ese material aún está por ser redescubierto.
“Fui el tercer empleado que tuvo el Instituto Humboldt”, recuerda el biólogo, quien llegó en 1992, año en que se fundó la entidad. Su trabajo era hacer evaluaciones biológicas rápidas a través de un inventario lo suficientemente fuerte que diera cuenta del estado de conservación de la biodiversidad del país. “No se tenían grabaciones de este tipo en Colombia, de manera que fue como armar un castillo de naipes”, señala.
De acuerdo con Álvarez, “lo más estimulante es escuchar un sonido que no se puede identificar y empezar a buscarlo para luego confirmar que se trata de un nuevo registro o una nueva especie endémica para el país”.
El Instituto Humboldt señala que, el estudio de los paisajes sonoros permite evaluar el estado de conservación de los distintos ecosistemas y conocer el impacto de la intervención humana, así como permite monitorear la biodiversidad a largo plazo.
“Hoy es posible instalar grabadoras autónomas que se programan para que capten sonidos en determinados intervalos por largos períodos de tiempo, así como la digitalización del material. Imagino un futuro haciendo inventarios globales de muestras sonoras de hábitats como referencias que permitan estudiar el impacto de ciertas actividades humanas. Esta es una técnica muy eficiente que permite proyectar escenarios sin grandes inversiones a la hora de evaluar el estado de conservación”, apunta el biólogo bogotano.
El Instituto informó que, precisamente la caracterización de sonidos ambientales permitió que se alcanzara la ampliación de los Parques Nacionales Naturales de Chingaza y Serranía de Chiribiquete.
Colecciones de sonidos ambientales en cifras
Según precisó la entidad ambiental, hoy en día, la colección de sonidos del medio ambiente del Instituto Humboldt es la más completa de América Latina, pues cuenta con más de 23.348 archivos de audio.
“Contiene registros de especies y de paisajes naturales de audio de alrededor de 551 localidades de los principales ecosistemas, donde predominan las regiones Andina, Caribe, Orinoquia y Amazonia, además de 30 departamentos colombianos”, señala el comunicado.
En términos taxonómicos, se encuentran representadas alrededor de 1.030 especies: aproximadamente el 69 % del número total de especies de aves nativas registradas para el país, 2 % de los anfibios y 3 % de los mamíferos.
El equipo investigativo a cargo de la colección, ha producido ocho guías sonoras, principalmente con cantos de aves compilados en 14 CDs de audio, con registros principalmente para la zona Andina, según informó el Instituto Humboldt.
“Los registros se encuentran disponibles a través de las plataformas SIB-Colombia, GBIF y CEIBA, y la gran mayoría de los cortes está disponible bajo un convenio de colaboración entre el Instituto Humboldt y el laboratorio de Ornitología de Cornell, en la plataforma de Macaulay Library”, aclaró.