Disputas territoriales, acuerdos con carteles para la venta de droga y diferencias estructurales entre los dos grandes bloques de las disidencias de las Farc son el balance de un 2020 que evidenció la consolidación de dos estructuras irregulares en distintas regiones del país: la disidencia “Gentil Duarte” y la Segunda Marquetalia, ubicadas en el suroccidente y el nororiente de Colombia.
Ambas recogen remanentes de la antigua guerrilla de las Farc, compuestos por excombatientes que no se acogieron a la firma de los Acuerdos de Paz, y cuya organización en frentes (1, 10, 28, 38 y 45 y el 33, éste último renuente a incorporarse a la Segunda Marquetalia) busca recuperar espacios y poder dejados por ésta, sin que necesariamente respondan a cualquiera de las dos grandes, a la manera de una estructura satelital.
En este punto chocan con los intereses de expansión que la “Gentil Duarte” como la Segunda Marquetalia buscan afirmar en 2021. Es el caso del Frente 33, cuyo crecimiento en el nororiente comienza a llamar la atención de la Defensoría del Pueblo por el nivel de afectación que éste tendría para la sociedad civil.
Según declaraciones de la entidad recogidas por El Espectador: “Las disidencias de las Farc del frente 33 y la Segunda Marquetalia dejan ver una dinámica de tensión que puede conllevar afectaciones humanitarias (...) la mencionada estructura aún no se acoge a los llamados realizados por la Segunda Marquetalia para conformar una estructura. Algunos de los mandos del antiguo Frente 33 se han visto en los pronunciamientos públicos del grupo liderado por Márquez, hechos que evidencian que hay intereses de esta segunda estructura sobre la frontera”.
En lo que coinciden las fuentes es que el Frente 33 cuenta con prácticas rechazadas por el Derecho Internacional Humanitario, como el reclutamiento forzado y el uso de artefactos explosivos en sus incursiones en los territorios.
Para el caso de la Segunda Marquetalia, la expansión territorial al nororiente del país así como la captura de cuadros importantes para sus negocios de droga, como alias ‘El Paisa’, excomandante de la columna móvil “Teófilo Forero”, son evidencias para las autoridades del crecimiento de una estructura criminal que busca la hegemonía en el país.
La vinculación a la Segunda Marquetalia de excombatientes que prefieren militar al lado del histórico Iván Márquez, que regresar a la disciplina ideológica que pregona la “Gentil Duarte”, es otro motivo de tensión entre ambas disidencias.
Reconocida desde hace cuatro años como una estructura radical y “pura”, es opuesta a la organización de la Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez, más alineada a dinámicas como que sus miembros reciban un sueldo, tengan capacitaciones militares, y establezcan alianzas con otros grupos criminales para la venta de droga a carteles, como Jalisco Nueva Generación, de México.
La diferencia de método es evidente para las autoridades.
Según declaraciones de investigadores a El Espectador, cada una de estas dos grandes estructuras son un mundo distinto en cuanto a objeto e intenciones: “La gente de “Gentil Duarte”, quienes se consideran puros por no haber hecho parte del Acuerdo, manejan un tinte más radical para la absorción de los grupos residuales. El enfoque de Gentil Duarte se sustenta sobre los antiguos estatutos de las Farc, en los que prohíbe a sus integrantes recibir algún tipo de sueldo, los obligan a mantenerse siempre en zonas de campamento y a tener mínimo contacto con población civil o familiares. De esta radicalización sacó ventaja Márquez, quien de una manera más flexible ofrece sueldo a sus integrantes, capacitaciones en técnicas de combate y comunicaciones”
La clave, de acuerdo con las autoridades, se encuentra en el negocio por el control de los territorios vinculados a la producción de sustancias ilícitas. Mientras “Gentil Duarte” mantiene un control de hierro en los departamentos del suroccidente, la Segunda Marquetalia aspira a ingresar a esos territorios para hacerse al monopolio ilícito de la droga en Colombia.
En el corto plazo, la disputa por el suroccidente llevará a un conflicto entre ambas disidencias. Según declaraciones de investigadores de la Policía Antinarcóticos a El Espectador:
“Iván Márquez y “Gentil Duarte” vienen generando una guerra a muerte. Las zonas que ambicionan inicialmente y donde ven posibilidades de consolidarse son Putumayo, Nariño, Catatumbo y Cauca”.
Según estas mismas fuentes, Iván Márquez habría finiquitado un pacto de venta de sustancias ilíquidas al cartel Jalisco, Nueva Generación, lo que justificaría el conflicto latente entre las disidencias.
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Este crecimiento hace eco de las cifras señaladas por el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, que advirtió al Senado sobre el aumento de disidentes en armas.
Dijo Holmes que entre 2018 y 2020 estas estructuras observaron un incremento de 4.600 irregulares, de los que 2.600 están armados mientras el saldo está vinculado a redes de apoyo y milicias tanto rurales como urbanas.