Asdrúbal Herrera Mora, un bumangués de más de 30 años, mide 2,36 metros y es el hombre más alto de Colombia. Herrera se encuentra realizando un recorrido por todo el país, según reportó el medio local Hoy, diario del Magdalena, buscando ayuda para su problema de gigantismo.
Sus grandes pasos por la playa de El Rodadero, en Santa Marta, utilizando una camisa verde y unas bermudas de color rojo, no pasaron desapercibidos para los turistas que, al igual que él, disfrutaban del puente festivo a pesar de las restricciones por la pandemia del covid-19.
Al escuchar que un hombre gigante andaba por la playa tomándose fotos con los turistas, varios medios regionales llegaron al lugar para conocer su historia. Asdrúbal estaba causando conmoción a los costeños y turistas, entre los cuales, según retrataron varios medios, ninguno le llegó ni siquiera al pecho, el más alto le llegaba a la cintura del bumangués.
Varios turistas, entre chiste y chanza, aseguraban con el tradicional ingenio costeño, “joda a ese man ni el covid lo alcanza” y no podían evitar llamar su atención para pedirle una foto, situación a la que él aseguró está acostumbrado, sin embargo, las imágenes no son gratuitas.
Aunque el gigantismo sea un problema, Herrera le ha sacado provecho, sabe que llama la atención y, aunque de niño sufrió de matoneo, hoy cobra por las fotos, pues como aseguró el medio regional El Heraldo, requiere de más de $100 millones de pesos para realizarse un tratamiento en Cuba que le permita detener su crecimiento.
Según Asdrúbal contó al medio Hoy, diario del Magdalena, su visita a El Rodadero era un sueño que él tenía por cumplir, pero, además, hace parte de su recorrido por varias ciudades del país para conseguir la ayuda económica de los ciudadanos para realizarse el tratamiento que podría ayudar con su gigantismo.
El medio regional explicó que Herrera usa ropa XXXL y que crece entre dos o tres centímetros cada trimestre. Toda su ropa tiene que mandarla a hacer a los sastres de su barrio, pues no encuentra ropa que le sirva en los almacenes, mientras que sus zapatos, talla 58, debe pedirlos en Estados Unidos, lo que le cuesta 350.000 pesos como mínimo.
El bumangués vive en una casa humilde en el barrio Zapamanga, de la capital de Norte de Santander, y les explicó que subirse a cualquier medio de transporte es complicado para él. Aunque no habla mucho de su padre, le contó al medio que es el sexto hijo y el único con problema de gigantismo y, a toda ciudad que visita pidiendo ayuda, va acompañado de su madre Elsa Mora.
Explicó que ha aprendido a lidiar con las mirada a través de los años, pues en su ciudad prefiere estar caminando por la calle que en su casa, debido a que ni los muebles son cómodos para él. Según relató el medio, aunque haya vivido muchos años en la misma casa, a veces no calcula bien y se da cabezazos con el marco de las puertas y sentarse en el sofá le causa un grave dolor de rodilla y espalda.
Asdrúbal Herrera fue bien recibido por los samarios y expresó que ya ha visitado ciudades como Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cali, entre otras, donde, como siempre, ha correspondido con una sonrisa a las miradas y comentarios de las personas, esperando que lo ayuden para cumplir su sueño más grande: acceder a un tratamiento.
“No quiero seguir creciendo pues tengo problemas con la ropa, el calzado y para montarme en un carro”, comentó finalmente a El Heraldo.
Aunque no es el hombre más alto del mundo, el récord lo tiene el turco Sultán Kösen de más de 2,43 metros de altura, Asdrúbal seguramente si está en el top de los más altos a nivel mundial.
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