Video: médico en Medellín fue brutalmente agredido por familiares de un paciente borracho

El hecho se presentó en el barrio San Diego, centro de Medellín, cuando el profesional le solicitó a los familiares del paciente seguir la valoración de traige para evaluar su estado.

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Carlos Piedrahíta luego del ataque.
Imágenes:p tomadas de vídeo.
Carlos Piedrahíta luego del ataque. Imágenes:p tomadas de vídeo.

Carlos Piedrahíta, médico de la I.P.S Virrey Solis, en un caso de intolerancia, fue agredido por familiares de un paciente en estado de ebriedad que arremetieron contra el profesional cuando él les indicó que era necesaria la valoración triage para evaluar su estado y seguir los protocolos de selección y clasificación del servicio de urgencias. El hecho, que se presentó en el barrio céntrico de San Diego en la capital antioqueña, fue rechazado en redes sociales, especialmente porque el personal de salud está en primera línea de atención en este momento de la pandemia. El médico denunció el caso ante la Fiscalía General de la Nación, mientras avanza las investigación para dar con los responsables.

Carlos Piedrahíta, médico de la I.P.S Virrey Solis, fue agredido en un caso de intolerancia por familiares de un paciente en estado de alicoramiento que arremetieron contra el profesional cuando éste les indicó que no podian permanecer en la unidad de urgencias.

El profesional de la salud, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), fue brutalmente agredido por personas en estado de embriaguez, denunció Dignidad médica. Además, dados los constantes casos de agresión contra miembros del sector salud, la organización señaló

¿Será mejor abandonar las clínicas y hospitales hasta que tengamos garantías laborales reales?”.

A su vez, la institución educativa, a través de un comunicado firmado por el decano de la Escuela de Ciencias de la Salud, Marco Antonio González Agudelo, rechazó el hecho y protestó por el comportamiento de este “ciudadano desadaptado, agresivo e intolerante que, incumpliendo las normas gubernamentales y sociales, agrede brutalmente a un médico, egresado nuestro”.

González Agudelo indicó que el paciente y sus acompañantes ingresaron al servicio de urgencias en estado de alicoramiento y consultaron el centro médico después de accidentarse, incumpliendo toque de queda decretado por secretario de Gobierno de Antioquia, Luis Fernando Suárez Vélez, desde el viernes 8 desde las 7:00 p. m hasta las 5:00 a.m. del martes 12 de enero. Además, los agresores también desacataron la medida de ley seca que rige desde las 10:00 p. m del viernes hasta las 11:59 p. m del lunes festivo.

El decano también reiteró que son frecuentes las situaciones en las que la integridad y seguridad del personal médico están en constante riesgo, ya que, pese a que cumplen con su misión de “salvar vidas, mitigar el sufrimiento y acompañar al enfermo en esta época tan difícil de la pandemia que estamos sufriendo”, la ciudadanía no valora la función social que ejercen y los esfuerzos, como la exposición al virus, que hacen día a día.

Asimismo, denunció que ser médico en Colombia es un riesgo debido a las estigmatizaciones y agresiones que convierten esta práctica en una profesión peligrosa. Por ello, hizo un llamado al Estado para proteger a los integrantes del sector salud, así como a otros grupos poblacionales, a través de una ley que “sea contundente contra aquellos que quieren acabar con este noble oficio”.

Por su parte, en días anteriores, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, el Colegio Médico Colombiano y la Federación Colombiana de Sindicatos Médicos enviaron una carta al ministro de Salud y Protección social, Fernando Ruíz, con relación a la situación laboral del talento humano en salud del país. Los firmantes solicitaron al Gobierno nacional apoyar al personal médico que ha presentado su renuncia por la falta de pago, la ausencia de elementos de protección o la baja calidad de los mismos y la escasez de insumos para trabajar.

También, solicitaron la creación de mecanismos para que las E.P.S y aseguradoras le paguen a las I.P.S públicas y privadas lo adeudado y así los miembros del sector podrán recibir la remuneración correspondiente, el abastecimiento necesario para brindar “atención digna, segura y de calidad” a los pacientes, y la contratación “justa y digna”.

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