Miguel Rincón, el pregonero de las ventas ambulantes

Este hombre es el dueño de la voz que se escucha en las calles de los barrios del país anunciando, entre otros productos, “aguacates, aguacates sabrosos y baratos”.

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Todo inició cuando el padre de Miguel Rincón viajó a Venezuela para traer unas grabadoras y reproductoras de cassettes y de la mano montó la empresa Correcaminos Publicidad, agencia que, según él, aún tiene vigencia. Miguel Rincón tenía 17 años cuando comenzó a trabajar con su padre a acompañarlo y hablar por el micrófono y de esta manera obtuvo su licencia de locutor profesional. Cuando uno sostiene una conversación normal parece que él no tuviera esa voz que solo detrás de un micrófono aparece cuando pronuncia algún mensaje publicitario. Luego de que un conocido lo escuchara por la calle le pidió que pautara sobre su negocio.

“Alguien me dijo que si le grababa para vender frutas y pues así lo hice y he seguido haciéndolo. Esa persona traería otra más en la calle y se fue recorriendo la ola. Siempre llegan sin misterio, les digo que atiendo 24/7, hay gente que llega tarde de la noche, gente que llega muy temprano, a la hora que lleguen yo les cobro $40.000 y traen la idea y yo me las doy de lo que se llama ahora, creador de contenido”, comentó Rincón para Canal Capital.

Para esa época en Colombia no había vendedores ambulantes o carros de mercado que contaran con una cinta grabada en la que se ofreciera su producto, sino que el vendedor iba con un micrófono y un parlante pregonando sus víveres, así que al escuchar por primera vez la voz a todo volumen de alguien que iba diciendo de una manera innovadora llamó la atención de las personas y causó “total sensación” como dice Miguel Rincón.

El pregoneo tiene lo bueno de cautivar a una audiencia, pero también de molestarla y generar que las personas no quieran oírlo siempre, pero para Rincón, este es un reto ya que busca utilizar dichos colombianos como el paisa para no ahuyentar a los clientes.

“Básicamente mi voz se emplea para ventas, pero también he trabajado para buscar perros, pero es muy diferente, mi pregón tiene una cantinela, es algo como ritualizado, es como un sonsonete, mis pregones siempre empiezan con amigos, habitantes y visitantes de este sector y terminan en aprovechen”.

Desde hace 48 años la voz de Miguel Rincón viaja por las calles de Bogotá acompañando eternamente a los vendedores informales y ambulantes. Aunque se podría decir que la gran mayoría de colombianos lo ha escuchado él no se considera famoso. Su inspiración en la vida es el servicio, así que en diferentes ocasiones las personas le piden que grabe algún anuncio y no tienen cómo pagarle y él aún así les ayuda y espera que, cuando puedan, les pague y si no, lo más satisfactorio es servir.

A sus 65 años no quiere ni ha querido figurar en ningún medio, pues, según él, ya tiene la vida resuelta. Aunque su voz cada vez es menos solicitada, aún lo buscan para grabar avisos publicitarios para seguir siendo la voz oficial de los carritos de mazamorra y verduras.

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