El director de Medicamentos del Ministerio de Salud, Leonardo Arregocés, explicó que el desabastecimiento de fármacos se dio porque la demanda ha crecido de manera exponencial al ritmo acelerado de la pandemia. Por ello, se adelantan medidas según la necesidad para hacer eficiente el uso de medicamentos a través de acuerdos con farmacéuticas o el trabajo del Invima que permitirá agilizar la producción e importación de sedantes, analgésicos y relajantes musculares.
En entrevista con El Tiempo, Arregocés reiteró que la demanda ha aumentado de manera acelerada, dada la ocupación de las camas UCI en el país. Uno de los casos hace referencia al sedante Midozolam, crucial para pacientes covid en estado crítico que necesitan estar conectados a un ventilador mecánico, pues antes de la pandemia se consumían 300.000 ampollas al mes, pero actualmente se requieren, en el mismo periodo de tiempo, casi dos millones de dosis.
Este incremento, sostuvo el director, también se presenta en Estados Unidos, “donde hay cerca de 130.000 pacientes hospitalizados”, y países de Europa. Pero, el problema para Colombia, y otras naciones de la región latinoamericana, es que la producción se deriva al exterior, pues estas potencias pagan precios superiores o hacen parte de la cadena de fabricación y restringen las importaciones.
El desabastecimiento, señaló Arregocés, afecta a aquellos pacientes críticos que requieren de ventilación mecánica, pues se les deben garantizar analgésicos y sedantes dada la condición de dolor e incomodidad que pueden presentar. También sostuvo que, según las sociedades científicas, ningún paciente se ha quedado sin tratamiento, ya que se tienen alternativas en caso de no contar con algún medicamento. Por ejemplo, la Sociedad Colombia de Anestesia y Reanimación (Scare) y la Asociación Colombiana de Medicina Crítica (Amci) desarrollaron una guía que contempla procesos opcionales de sedación y analgesia para cumplir con las terapias.
También aclaró que, desde el Ministerio y comunidad de expertos, se ha recomendado la creación de comités para hacer seguimiento al consumo de los fármacos y “el desarrollo de protocolos para disminuir desperdicios y lograr un so más eficiente de los medicamentos”, añadió.
Respecto a los fármacos que se requieren con urgencia, el director sostuvo que se dividen en tres categorías: analgésicos, sedantes y replantes musculares. Asimismo, señaló que, en el caso de los sedantes, los más difíciles de conseguir son Midozolam, Propofol, Dexmedetomidina y la Ketamina. También, las dosis de analgésicos como el Fentanilo y el Remifentanilo, importadas recientemente por el Gobierno, no fueron suficientes. Para mejorar la situación, el Fondo Nacional de Estupefacientes puso a disposición morfina e hidromorfona como alternativa terapéutica.
Dentro de las medidas que se han tomado para disminuir el desabastecimiento de medicamentos, está la prevención del contagio y el ingreso a camas UCI, el incremento de la oferta a la industria farmacéutica, la aceleración de los procesos de producción e importación por parte del Invima, realización de talleres regionales para concientizar a la población sobre la gravedad de la pandemia y el uso correcto de los fármacos, entro otros.
Estas estrategias se desarrollan de la mano de la industria, gestores farmacéuticos, sociedad científicas, el Invima, el Fondo Nacional de Estupefacientes y el Ministerio de Salud. “Lo que buscamos es mostrar las necesidades a los laboreos farmacéuticos, las acciones tomadas para modular la demanda y proponer alterativas de reemplazo a los medicamentos que esta en riesgo de desabastecimiento”, explicó el director Arregocés.