Una costumbre propia de la celebración de fin de año en la región Caribe de Colombia casi termina en tragedia para una familia en el barrio Kalamary, al sur de Barranquilla. Una pareja de esposos, mientras compartían un abrazo de Año Nuevo, fueron alcanzados por balas perdidas.
El hecho sucedió a medianoche del primero de enero de 2021, entre la confusión por los sonidos de la pólvora que se mezclaban con los de detonaciones por arma de fuego.
Cuando el reloj marcó las 12, Nilson José Nuez Guzmán, de 27 años, y Paola Lizeth Socarrás Martínez, de 38, se abrazaron para celebrar la llegada del Año Nuevo. En ese momento, la mujer manifestó dolor y, al distanciarse, Nuez se dio cuenta de que se encontraba herido.
“Ella dijo que le dolía y el muchacho cuando levantó un brazo se fue botando sangre. Fue mucha sangre en un abrir y cerrar de ojos”, expresó la madre de la mujer, Carmen Socarrás, para Caracol Noticias. Su hija presentó un impacto de bala en la espalda y su yerno fue alcanzado por el proyectil en uno de sus brazos.
“Mi hermana se paró por el andén y estaba abrazando al esposo, pero había gente por allá quemando pólvora y festejando, cuando dijo que le dolía el brazo y fue cuando nos dimos cuenta que está herida. Él (esposo) también se revisa y se da cuenta que también había sido impactado”, contó Javier Socarrás, hermano de Paola Lizeth, en un testimonio recogido por El Heraldo.
La joven pareja fue trasladada al hospital Camino La Manga, centro asistencial en el sur de la capital del Atlántico, para atender las heridas producidas por los proyectiles.
La Policía Metropolitana de Barranquilla se encuentra investigando el hecho para dar con los responsables. “Se iniciará el proceso, ya que no hubo flagrancia, este será por porte ilegal de armas y las lesiones que ocasionaron”, señaló el comandante de la Policía de Barranquilla, el general Ricardo Alarcón, para Caracol.
El balance de fin de año en Barranquilla
El comandante Alarcón, en conversación con la radio de la Policía Nacional, informó el balance en orden público que deja la celebración de Año Nuevo para la capital del Atlántico. “La Policía informa a la comunidad que durante la noche del 31 de diciembre tuvo que atender 304 riñas que se presentaron en la ciudad, de las que llamaron para atenderlas; también se recibieron 3.500 llamadas, de ellas 1.800 al 123 y el resto a los otros números de los respectivos cuadrantes”, expresó, agregando que también se tuvo que trasladar a 70 habitantes de la ciudad a la Unidad de Servicios en Convivencia Ciudadana y Justicia (UCJ).
Además, los agentes de la Policía tuvieron que imponer 127 comparendos por infracciones relacionadas con el incumplimiento de las medidas de Ley Seca y toque de queda establecidas para las fiestas. A esto, el general Alarcón agregó que la institución “desarticuló 329 fiestas. Gran parte de las llamadas que se hicieron al 123 precisamente tuvieron que ver con los volúmenes altos, aglomeración de personas y fiestas que estaban desbordadas en todas las medidas”.
Este 2 de enero, Barranquilla amaneció aún bajo las medidas del toque de queda hasta las 6 de la mañana. Después, se reanudó la circulación con normalidad en el territorio de la capital atlanticense.
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