El caso de las 25.000 gallinas en Atlántico. Alcalde dice que no se las robaron, murieron

Ciudadanos dicen que las aves se venían muriendo, razón por la cual las ofrecían a la venta a 7.000 pesos. Alcalde dice que los habitantes de Repelón son trabajadores y no bandidos.

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El alcalde de Repelón dio
El alcalde de Repelón dio a conocer los rumores de que lo que quiere Agrosuperior es cobrar un seguro por las gallinas, que según su tesis, no fueron robadas, sino que murieron. Shutterstock

El robo de 25.000 gallinas en el suroccidente del Atlántico que dio de qué hablar en el país el 29 de diciembre, aún no ha dejado de hacerlo. El alcalde del municipio de Repelón, Wilfrido García, donde supuestamente 4.000 lugareños entraron a una finca para llevarse las aves, puso en duda que tal robo haya ocurrido.

Para García, la denuncia pública del gerente de Agrosuperior Group, empresa dueña de la finca Guayepo, donde estaban las gallinas, deja muchos cabos sin atar. Según él, al menos 20 días previos al robo, corría el rumor de que las aves se venían saliendo de los galpones, “que se venían muriendo”. Así lo sostuvo el mandatario ante El Heraldo, medio al cual planteó un interrogante: “¿Por qué una vez se le meten a asaltar la finca, según él, no vino a poner la denuncia?”.

De acuerdo con Darío Reggio, oriundo de argentina, el robo de las gallinas, que representa la suma de $ 600 millones, sucedió entre el 23 y el 29 de diciembre, lapso en el cual los pobladores de Repelón, algunos “machete y escopeta” en mano, no solo se llevaron a las aves, sino las tuberías y el cableado de la finca. Lo que es peor, según el extranjero, es que a las aves que no se pudieron llevar, las mataron, hecho que genera todavía más dudas al alcalde.

“Si yo voy a una finca a cogerme unas gallinas, ¿será que las dejo muertas ahí? No, me las llevo vivas”, planteó Wilfrido García. El alcalde, que confía en el trabajo de las autoridades, parte de la información de la comunidad que apunta a que hasta 700 gallinas se habían muerto en el predio Guayepo y habían sido enterradas allí. “No puedo asegurarlo”, dice. Pero de lo que sí está seguro es que en su pueblo la gente es “trabajadora y nunca ha pasado un hecho de estos”.

Tras el hurto, Reggio dijo a los medios de comunicación que “hoy, de verdad no tengo la intención de continuar —en Colombia—por cuestiones muy obvias”. Sin embargo, dejó claro que exigirá al Estado colombiano respuestas sobre su patrimonio, más allá de reclamarle a “los vándalos que lo saquearon”.

Pero al mandatario de la ciudad, que a “capa y espada” defiende a los suyos, dice que tienen que demostrarle que la gente del pueblo “es bandida”. García puso en conocimiento de las autoridades el rumor de que lo pretendido por Reggio es cobrar un seguro por el robo de las gallinas. Su notificación a las autoridades contrasta con las palabras del extranjero, quien mencionó:

No quiero que me paguen ni una sola gallina, no las estoy cobrando

Reggio no quiere el pago de una sola gallina y el pueblo quiere que no se estigmatice, sino que si investigue. William Villa, uno de los lugareños de antaño del corregimiento Villa Rosa, donde su ubica la finca del robo, explicó a El Heraldo que durante tres días paso por sus inmediaciones y vio un letrero, en el que las aves se ofrecían a $ 7.000.

Decía que se vendían gallinas a siete mil pesos. Incluso las iban a bajar a cinco mil. Como no había comida, las soltaron para que no se murieran

Villa afirmó que no escuchó a ningún trabajador decirle a los pobladores que entraran a la finca a robar las gallinas, como apuntó una de las primeras versiones de los hechos, sino que los empleados dijeron que podían tomar aquellas que se escapaban del predio rumbo a la carretera.

Lo que exigen los habitantes de Repelón a las autoridades es que se esclarezca lo sucedido, pues los hizo blanco de críticas en el país.

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