El 29 de diciembre de 2019 fue asesinado en la ciudad de Cali uno de los fiscales especializados en crimen organizado más importantes de Colombia.
Su nombre, Alcibíades Libreros.
Desde el Presidente de la República, pasando por funcionarios del ente investigador, hasta el recién electo alcalde de la ciudad, Jorge Iván Ospina, lamentaron la muerte de Libreros y solicitaron investigaciones que condujeran a la judicialización de los responsables: en videos provistos por cámaras de seguridad, se apreció a dos sicarios que conducían una motocicleta desde la que ultimaron al fiscal.
En un principio, las autoridades señalaron que el móvil del crimen fue asalto. Según parece, los asesinos hurtaron una cadena de oro al fiscal. Pero con prontitud las sospechas recayeron en la banda delincuencial La Colina, una estructura criminal, con presencia en varios departamentos, que era investigada por el funcionario al momento de su deceso.
Sin embargo, la Fiscalía sostuvo el argumento del hurto y luego de un año las investigaciones no han avanzando más allá de éste móvil, por lo que el caso se encuentra detenido sin que se sepa quiénes ordenaron la muerte de Libreros.
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La impunidad de un aniversario luctuoso
Carmenza Libreros, periodista del canal Telepacífico, sostiene que su hermano, reconocido como mejor fiscal de Colombia en el año 2014, fue asesinado por motivos relacionados con los casos de estructuras criminales que llevaba al momento de su muerte y no por un hurto simple, del que los victimarios ofrecieron una compensación, tasada en $150.000 para reparar a la familia.
Asegura que su hermano fue amenazado en 2017 a través de una llamada telefónica, pero la Fiscalía no le asignó esquema de seguridad alguno. Tan solo recibió una respuesta por carta en la que negaban la petición elevada por su hermano para salvaguardar su vida.
Incluso ella recuerda que el documento le sugería al fiscal que cuando llegara a su casa, mirara alrededor, para que advirtiera del peligro e informara a las autoridades.
La periodista sostiene que el último diciembre de Libreros estuvo cargado de tensiones: seis días antes de que lo mataran, uno de los sicarios responsable del crimen fue aprehendido por porte ilegal de armas. Fue dejado en libertad durante el 24 de diciembre. El otro involucrado tenía casa por cárcel durante esos días.
En las audiencias previas a la sentencia de los criminales, Carmenza Libreros los encaró para encontrar algún indicio que le diera luz tanto a ella como a la familia con respecto a los móviles del asesinato de su hermano. Afirmaron éstos que el fiscal se opuso al asalto con un revólver, lo que motivó la respuesta a fuego de los delincuentes.
Sostiene la periodista que Alcibíades Libreros nunca empuñó un arma a lo largo de su carrera como fiscal.
Un caso cerrado pero con cabos sueltos
Pese a que luego de ser dictada la sentencia, el juez inició una investigación paralela, las indagaciones para dar con los autores intelectuales del homicidio se encuentran detenidas.
En las audiencias, él mismo señaló que los móviles de hurto no se sostenían por sí solos, pero que carecía de un elemento probatorio contundente para proceder de otra forma: “Me atrevo a afirmar que a Alcibíades no lo mataron por eso, sino por otra causa; sí, pero tampoco tengo un elemento probatorio que diga: aquí lo contrató Pedrito Pérez”.
El fallo fue de 27 años de prisión para los sicarios implicados en el crimen.
La búsqueda de la verdad y la reparación simbólica
“Como víctimas tenemos derecho a que se conozca la verdad”, afirmó Carmenza Libreros luego de un año sin avances.
Mientras el tiempo corre, la familia Libreros ha solicitado a Fiscalía que considere nombrar al nuevo búnker en Cali como “Alcibíades Libreros”, para ambientar una reparación simbólica así como un homenaje a la trayectoria del destacado investigador.
De otra parte, su sobrina, María Alejandra Libreros, estudiante de comunicación social, divulgó un documental sobre la vida del funcionario en el día exacto de conmemoración de su partida.
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