“La estrategia televisiva de Iván Duque se marchita”, así titula el diario El País de España, uno de los más importantes del mundo en habla hispana. En este artículo, el diario hace un análisis del programa del presidente ’Prevención y Acción’, del que no sale bien librado, ni el formato ni el mandatario.
Según el texto de El País, la popularidad de Iván Duque venía en caída antes de la pandemia del covid-19 e incluso asegura que, de acuerdo con analistas políticos, el gobierno de Duque no tenía un rumbo definido y tuvo que hacer cara a una ola de protestas, que se enfriaron con la llegada del virus..
El escenario de crisis le permitió construir una narrativa de gobierno, multiplicar sus apariciones y levantar su imagen. Con Prevención y Acción al aire, Duque repuntó en abril hasta el 52 % de aprobación por 39 % de desaprobación en la medición bimensual de Gallup. Pero ese idilio televisivo fue fugaz, y regresó pronto a los números rojos.
“Para octubre registró 31 % de aprobación y 61 % de desaprobación, unas cifras más en línea con las que mostraba antes del coronavirus”, sentencia el artículo firmado por el periodista Santiago Torrado.
El texto resalta que esta aparición constante del mandatario de los colombianos ha traído secuelas para su imagen, pues “para octubre registró 31% de aprobación y 61% de desaprobación, unas cifras más en línea con las que mostraba antes del coronavirus”.
El artículo cita a Eugénie Richard, docente experta en comunicación y marketing político de la Universidad Externado de Colombia, quien asegura que “cuando un presidente habla todos los días, como lo está haciendo Duque, genera varias consecuencias nefastas para él en términos de imagen”.
“Las intervenciones de un mandatario deben mantener cierta aura y solemnidad, estar reservadas a grandes momentos en los que hay que convocar a la nación”, sentencia la experta sobre el programa.
“Esta saturación del espacio mediático hace que la palabra presidencial pierda su importancia. Y eso es grave en términos de reputación”, dice el reportaje.
La experta asegura que en el programa “durante la fase más aguda de la crisis, el mandatario colombiano, de corte conservador, comunicó mucho pero no mostraba acciones concretas” y sostiene que “más que un escenario de rendición de cuentas, su programa se siente como un monólogo”.
“’Duque toma el riesgo de ser comparado a un Chávez, un [Nicolás] Maduro o un Amlo [Andrés Manuel López Obrador]’, continúa el texto.
En el escrito del rotativo aseguran que Duque pretende ‘ejercer un control cada vez más fuerte sobre la información que circula sobre su gobierno’, según un análisis de la Silla Vacía.
Sin contar entrevistas exclusivas, el presidente ha hecho solo siete ruedas de prensa en este 2020. La última fue el 19 marzo, días antes de que el Ejecutivo decretara las estrictas medidas de confinamiento que se desmontaron gradualmente, señala La Silla en su recuento.
El reportaje cita a Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), quien finaliza diciendo que una de las estrategias del Gobierno es “alejar al presidente de la prensa, limitarlo a espacios cómodos y concertados, y mantener un control sobre la narrativa oficial”.
Esa imposibilidad de contrapreguntar, verificar, validar o ampliar la información ‘empieza a generar una pared con los periodistas’, valora, una tendencia agravada por cierta propensión a considerarlos como oposición. ‘Esto de cara al 2021, un año previo a elecciones, cuando no han dado señales de que el programa vaya a interrumpirse, es preocupante.
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