Disputa entre clientes y propietario de restaurante en La Calera por haberles cobrado $500.000 de más

Sebastián Cortés, usuario de Facebook, publicó un video en el que muestra a trabajadores del restaurante ‘Sabor de mi Negra’, ubicado en La Calera, departamento de Cundinamarca, haciendo señas ofensivas hacia un hombre en un automóvil.

“Chao, chao. Cuando vienen a comer y no quieren pagar un plato mayor de 25 mil pesos. Para Soacha. Traigan plata”, expresaron los funcionarios del restaurante ubicado a las afueras de Bogotá, diciéndoles a los comensales que se vayan al municipio de Soacha, al sur de Bogotá.

La situación, que terminó en una disputa entre clientes y el propietario del restaurante, comenzó con una comida de cumpleaños celebrada en el establecimiento el pasado domingo, 27 de diciembre.

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“Cuando nos llevaron la cuenta nos habían cobrado 500.000 pesos de más. Hicimos el reclamo y dijeron que se habían equivocado con un 0. Luego, revisamos nuevamente la factura y nos cobraron cinco platos de más, nuevamente se habían equivocado”, expresó Cortés por medio de su cuenta en Facebook.

Según el joven, pidieron 27 cervezas y les cobraron 38. Así ocurrió con unos helados, de los cuales, según el testimonio del hombre, pidieron 9 y les cobraron 14. “La factura inicial de 1′450.000 bajo a 935.000 y la última, en la que cobraron lo de las cervezas y los helados, bajó a 835.000”, explicó el comensal, quien puso en envidencia los reiterativos errores del personal del restaurante por medio de una fotografía de las cuentas equivocadas.

Según el joven, los actos ofensivos del video, en el que se evidencia gestos vulgares con las manos y a uno de los trabajadores diciéndole al comensal que se vaya “para Soacha”, no fueron los únicos.

Cortés expresó, por medio de su Facebook, que los trabajadores se pusieron “violentos” y que los amenazaron con perros y con llamar a la policía por protestar por los malentendidos.

De acuerdo con el relato del hombre, el restaurante lo atienden venezolanos y según él, utilizan su condición de extranjeros para “aprovecharse de la gente”. “Ahora ser xenófobo se volvió la excusa para que esta gente haga lo que quiera. Porque no se les puede decir nada... Terrible como hacen quedar a su país y a su gente”.

Ante la mediática denuncia, Edwin Barriga, propietario del restaurante, respondió al presunto abuso perpetrado por su establecimiento a los 25 comensales. Según su testimonio, al él mismo se le fue un cero al realizar la factura, lo cual su restaurante rectificó y terminó cobrando 852.500 pesos.

Acerca de las cervezas que alega Cortés, el restaurante le afirmó a El Tiempo que algunos de los comensales se encontraban en estado de embriaguez y que por esto les evidenciaron su consumo.

“Les mostramos la canasta de cervezas junto a las botellas vacías, pues nos aseguramos de hacerlo cuando algunos de los clientes están en estado de embriaguez, como algunos de ellos”, expresó Barriga al medio impreso y reveló que algunas botellas habrían sido “escondidas” en el lugar en el que se ubicaron los 25 clientes.

Además, agregó que los helados habrían sido más y que los niños que asistieron al lugar fueron los que accedieron a los postres. De esta manera, los adultos no se dieron cuenta si fueron en efecto 14, como había cobrado el propietario en primer lugar.

Según el propietario le contó a La FM, tuvo que omitir el cobro de unas adiciones para poder llegar a un acuerdo con los clientes, quienes negaban haber pedido papas a la francesa en vez de papas cocidas como acompañamiento adicional.

Incluso, Barriga denuncia que hubo actos de xenofobia al personal del restaurante, ya que una de las mujeres que asistió al almuerzo habría dejado el baño sucio de “sangre” y, según le dijo Barriga al medio, le dijo a una de sus empleadas al salir: “Ahí le queda su trabajito porque para eso está destinada la ‘veneca’”.

Al medio radial, Barriga señaló que hubo amenazas de muerte desde el automóvil en el que se desplazaban los visitantes. “Cuando uno de los chicos que están en la camioneta blanca, en una van, empieza a amenazarme y a decirme que me va a matar, que nos vamos a ver en algún momento, que me va a encontrar (...), empiezan a lanzar comentarios soeces hacia las personas que estaban conmigo: ‘venecos rateros, toca matarlos’. De todo tipo de comentario”, narró.

Acerca de los insultos del personal, el dueño del restaurante afirma que fue una reacción ante las faltas cometidas anteriormente por parte de los clientes, quienes habrían tenido actitudes xenófobas.

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