El resultado surge de un análisis comparativo entre los sistemas de transporte público de Bogotá (Transmilenio) y Medellín (Metro), realizado por la Universidad Nacional de Colombia y publicado en su diario digital Unperiodico, que asegura que los bogotanos están diez veces más expuestos a la inhalación de partículas nocivas que los medellinenses.
Además, el estudio arrojó otro resultado preocupante con respecto a la salud de los ciudadanos en los sistemas públicos: la concentración de dichas partículas, así como de otros agentes contaminantes, al interior de los vehículos de servicios públicos rebasa los límites máximos de exposición diaria establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin aire limpio para respirar
El denominado material particulado PM2,5 es la causa de muerte prematura para 4 millones de personas cada año. La OMS atribuye estas muertes a la exposición de los individuos a partículas, tanto en forma sólida o líquida, de polvo, ceniza, hollín, partículas metálicas, cemento, polen, presentes en la atmósfera.
Por lo que la misma entidad diseñó una escala de tres categorías para medir el nivel de exposición a dichas partículas, y así determinar el impacto que sufren los ciudadanos.
Estas son: material con tamaño de partícula superior a diez micras; inferior o igual a diez micras (PM10); y las inferiores a 2,5 micras, denominadas PM2,5. Esta última, objeto central del estudio, es la más peligrosa dado que es directamente causante de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, y cáncer de pulmón.
Para el estudio, se tomaron muestras en las troncales de la calle 80, Caracas, Autopista Norte, Norte-Quito-Sur (NQS) y calle 26 en Bogotá; en Medellín, los análisis se realizaron en el Sistema Integrado de Transporte del Valle de Aburrá (sitva) y en el Metro, Metrocable y Tranvía (eléctricos) y el Metroplús brt, éste último es un vehículo que funciona con gas natural comprimido.
Los resultados determinaron que el nivel de exposición de los ciudadanos están mediados por factores como: antigüedad del bus, tipo del vehículo, así como tipos de vías, distancia entre buses y otros vehículos como camiones, taxis y particulares, entre otros.
Para el caso bogotano, este tipo de factores son concluyentes en cuanto a los resultados presentados por el estudio. El ejemplo es la Avenida Caracas, cuyo ambiente cerrado para el tránsito facilita poca ventilación al interior de sus calles y su tráfico, ocupado por todo tipo de vehículos, que son emisores de agentes contaminantes, impactan negativamente a los ciudadanos.
El estudio concluye que no solo el material contaminante afecta el aire que los bogotanos respiran dentro de las articulados, sino que pone en evidencia factores exógenos, que deberán ser tomados en cuenta por la administración, a saber: planeación urbanística y distancia entre vehículos para garantizar una mejor circulación del aire en las calles.
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Enemigo silencioso
La concentración máxima diaria de PM2,5 a la que se puede exponer una persona es de 25 microgramos por metro cúbico.
De acuerdo con las cifras presentadas por la Universidad Nacional, en Bogotá es de 300 microgramos por metro cúbico; en Medellín, apenas alcanza los 50 microgramos por metro cúbico.
Lo preocupante del caso de Medellín es que su cifra alcanza el máximo estipulado por la OMS, razón para que las autoridades ambientales tomen cartas en el asunto.