Esta semana se supo que el 8 de diciembre, un día después de la tradicional celebración de Velitas en el país, dos diplomáticos rusos, Aleksandr Nikolayevich y Aleksandr Paristov, fueron expulsados por espionaje, una conducta comprobada por la Dirección Nacional de Inteligencia Colombiana.
Este domingo, luego de que en una acción de ‘espejo’ el gobierno ruso negó rotundamente las acciones de los supuestos espías, y también expulsara a dos diplomáticos colombianos de su país, se conocen nuevos detalles de cómo reclutaban fuentes de información del sector minero energético y la manera en que, incluso, llegaron a ofrecer armamento moderno.
Los nuevos testimonios que dan evidencia del espionaje fueron recogidos por la Unidad Investigativa de El Tiempo, que acudió a la reserva de la fuente de quien brindó la información para no obstruir el proceso de investigación que adelantan las autoridades colombianas.
Querían comprobar cómo Colombia incursionaba en el fracking
De acuerdo con El Tiempo, uno de los objetivos de los rusos era indagar cómo el país está incursionando en el fracking, técnica de extracción de crudo y gas mediante fractura hidráulica. Implementar esta técnica, según el diario bogotano, disminuiría la fortaleza en materia mineroenergética de Rusia, que domina el mercado de gas en Europa.
Billetes verdes, en sobres sellados
Por información que pudiera dar cuenta de recursos minerales, redes eléctricas e infraestructura petrolera, los espías, específicamente Paristov, ofrecían hasta 10.000 dólares en efectivo; el dinero era entregado en sobres sellados. Así se lo confesó un ejecutivo colombiano a El Tiempo, uno de quienes recibió este rubro de los ciudadanos rusos.
Expulsaron a dos, pero los espías serían más
Uno de los oficiales de la Operación Enigma, con la que se comprobó el espionaje de los rusos, dijo a El Tiempo que unos 23 diplomáticos de ese país ingresaron en el 2016 a Colombia, al parecer, a espiar. A algunos de ellos se les comprobó su relación con el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) y al Departamento Central de Inteligencia (GRU).
‘Espionaje a lo vieja guardia’
Otro de los oficiales con conocimiento del tema le dijo al medio de comunicación en mención que ni Nikolayevich ni Paristov dejaron rastro de sus quehaceres por WhatsApp o llamadas, sino con “mensajes escritos que luego destruyen o en encuentros personales; como en la vieja guardia del espionaje”.
Pero el interés no solo era por el sector de minas y energías, sino político y militar. Algunos informantes le dijeron a la Inteligencia colombiana, según El Tiempo, que fueron contactados en Expomilitar, donde los espías les ofrecieron armamento moderno; allí, al parecer se presentaron con tarjetas que evidenciaban sus rangos militares.
Salieron del país durante la pandemia, luego de “turistear”
El pasado 2 de junio, conoció El Tiempo, Rusia pidió a Colombia la ayuda con un vuelo humanitario para que sus nacionales, de visita turística, salieran del país. Algunos de los 57 pasajeros aseguraron estar en poblaciones como Nemocón, Doradal, La Vega, Zipaquirá, Girardot, Chía, Copacabana y Popayán, donde no se venden paquetes turísticos internacionales, razones por las que las autoridades piensan que podrían estar en labores de espionaje.
Cerca de 12 de los pasajeros del vuelo humanitario, trasladados en una aerolínea venezolana, aseguraron estar en Córdoba, quizás debido al interés en la represa de Urrao, en cuya construcción participó una firma rusa, conforme con la explicación de un agente de la Inteligencia colombiana a El Tiempo.
El personal de espías sería renovado
Uno de los investigadores analistas de la Operación Enigma le dijo a El Tiempo que se espera que la “planta de espías” rusos en Colombia sea renovada: “Se trata de actividades que Rusia despliega en decenas de países y el nuestro no va a ser la excepción.
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