En su edición del domingo, el periódico El Tiempo reportó una forma de estafa de la que están siendo víctimas los viajeros que salen de la capital colombiana por la autopista Sur a destinos como Girardot en Cundinamarca, o Melgar en el Tolima.
Según indicaron en la publicación, los estafadores se están aprovechando de la afluencia masiva de vehículos que salen por este corredor vial de la ciudad y con trinches u otros objetos punzantes provocan que los conductores se pinchen.
Posteriormente fingen que son empleados de montallantas y guían a sus víctimas a lo que serían fraudulentos establecimientos de mecánica, en donde les cobran hasta 8 veces más de lo que les costaría un despinche en Bogotá.
En la nota del periódico citan el testimonio de una de las personas afectadas. “Después de pasar por una gasolinera, antes de llegar al peaje, salieron unos muchachos con unas banderas indicándonos que íbamos pinchados. Cosa que me pareció rara porque yo revisé las llantas, como debe ser, antes de salir y todo estaba en orden”, le dijo Ruth García, una de las víctimas, a El Tiempo.
Posteriormente, la mujer le relató al periódico que se vio obligada a detenerse por la avería en la llanta, por lo que tuvo que acudir a uno de los montallantas que hay en la zona. Allí le cobraron 165.000 pesos, es decir casi 8 veces más de lo que se cobra por este servicio en cualquiera de estos establecimientos de mecánica en la ciudad.
Pero no ha sido la única víctima, en la publicación de El Tiempo también citan a el testimonio de otro conductor que llegó a uno de estos sitios para pedir que le calibraran una de las llantas del vehículo en el que se movilizaba.
“El señor tomó una manguera para hacer el procedimiento, y en un descuido sacó un trinche con tres puyas y chuzó la llanta en tres partes haciéndole nueve agujeros”, indicó al periódico, Víctor Albarracín otro de los afectados.
Sin embargo, uno de los acompañantes de Albarracín se dio cuenta de la estafa y le recriminaron al mecánico, por lo que el dueño del lugar intervino y aseguró que ese intento de fraude no había ocurrido. El asunto, según el artículo de El Tiempo, no pasó a mayores porque el acompañante del afectado era un trabajador de la Fiscalía General de la Nación que le advirtió al señalado estafador que debían reparar la llanta o habría consecuencias legales.
En el diario consultaron con Zulma Patricia Leguízamo, jefe encargada de la seccional de Tránsito en Bogotá, quien solicitó a los ciudadanos víctimas poner los hechos en conocimiento de las autoridades para evitar estos fraudes.
“Confíen en la Policía y hagan las respectivas denuncias. Con eso hacemos las verificaciones junto con las patrullas judiciales más cercanas al lugar, y así cuando haya certeza de cuáles son estos puntos procederemos a llevarlas hasta las últimas instancias. Igualmente, recordar que hay una línea de ayuda para estos casos y es el #767”, le dijo a El Tiempo.
La funcionaria agregó en la publicación que para prevenir este tipo de estafas, lo recomendable era llevar al automotor a una revisión mecánica previa al viaje. También sugirió que si el carro sufría una avería en sus llantas se debía desconfiar de la solidaridad de los desconocidos que aparecen en las vías, porque seguramente eran cómplices de los estafadores.
En ese tipo de situaciones, según la funcionaria, lo mejor sería solicitar ayuda a la aseguradora del vehículo o con allegados que tengan conocimiento de mecánica, para no caer con los inescrupulosos que dedican a estos fraudes en las vías.