Así suena la primera Filarmónica Indígena de Colombia

Con un mensaje de unión e inclusión, la Filarmónica Emberá busca darle visibilidad a las culturas indígenas del país.

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Cuarenta niños Emberá mezclan el arte y la música con un mensaje de construcción de paz y transformación social. / Captura de pantalla del documental ‘Filarmónica Emberá Chamí’
Cuarenta niños Emberá mezclan el arte y la música con un mensaje de construcción de paz y transformación social. / Captura de pantalla del documental ‘Filarmónica Emberá Chamí’

Juan José, de 14 años, toca el violín y es uno de los 40 niños que hacen parte de la primera filarmónica indígena del país. “Antes no sabíamos qué era un instrumento, pero gracias a la fundación ya sabemos tocar. Los profesores son muy amables y eso es lo que me gusta de la fundación y también me gusta aprender a tocar canciones”, comentó a Semana Rural

Habla de la Fundación Música para la Paz, en unión con la Fundación Pasión y Corazón, que crearon la primera Filarmónica Indígena de Colombia. Se trata de una escuela que desde el 2015 mezcla arte y música con un mensaje de construcción de paz y transformación social.

La idea se gestó desde hace dos años al interior de la comunidad indígena Emberá Chamí, que habita en el municipio antioqueño de Valparaíso. Alejandro Vásquez, creador de Pasión & Corazón y de la Filarmónica Metropolitana del Valle de Aburrá, es el director de este nuevo proyecto. Allí, es el encargado de enseñar y dirigir a 40 niños y jóvenes indígenas que aprenden e interpretan el violín, el violonchelo, el saxofón, el clarinete o la trompeta.

“Pensamos que las orquestas en el mundo son muy valoradas, respetadas, apoyadas y queremos sumar a lo que hace la Fundación Música para la Paz, para que con un proyecto magno como es tener una Orquesta Filarmónica, nos demos a conocer en todo el mundo”, afirma Vásquez en el documental ‘Filarmónica Emberá Chamí’, realizado por la fundación.

“En el 2020 cumplimos ya cinco años con la Fundación Música para la Paz y nuestra primera escuela fue en la comunidad Emberá Chamí, he tenido muchas oportunidades de compartir con los chicos, con clases de composición, actividades y otras cosas”, agrega Rakel Cadavid fundadora y co directora de la fundación.

Juan José Vélez y Yobany Tascón, son dos de los integrantes de la filarmónica que tuvieron la oportunidad de viajar a México a presentarse, en el marco de la gira de la Filarmónica Metropolitana del Valle de Aburrá en diciembre de 2019. Esta experiencia motivó a Alejandro y a Rakel a seguir trabajando en este proyecto y a apostarle a consolidar la Orquesta.

Aunque tradicionalmente la comunidad Emberá Chamí habita en las montañas, los miembros del resguardo Marcelino Tascón, que son quienes se benefician del proyecto, emigraron de su tierra natal por temas del conflicto armado. Desde hace algunos años habitan en Valparaíso, Antioquia, y, con la ayuda de entidades del estado, recibieron las piezas para construir su asentamiento.

En diálogo con Semana Rural, Rakel Cadavid respondió el ¿por qué crear una filarmónica indígena?: “porque en otros países como México, Bolivia y Perú, los movimientos filarmónicos y sinfónicos indígenas existen y abundan, en Colombia no hay. Creemos que es una gran oportunidad para visibilizar todo lo que está sucediendo en Colombia con las minorías étnicas”.

Según la información de este medio, en cada escuela tienen dos profesores base, uno dedicado a la iniciación musical y otro con instrumentos de viento. Para la formación de la Filarmónica hay cuatro profesores adicionales de la comunidad Emberá, que hacen parte de la Fundación Pasión y Corazón y son músicos de la Filarmónica Metropolitana del Valle de Aburrá.

“Soy profesor de los niños en la escuela. Aquí trabajamos juntos de la mano con la Escuela de Música para la Paz enseñando. Estamos muy contentos con los dos niños que viajaron a México, porque ellos vinieron a contar muchas cosas bonitas que hicieron”, resaltó en el documental Octavio Tascón, uno de los profesores indígenas.

Las letras son una fusión entre la lengua Emberá y el español, pues la intención es seguir dando a conocer a nacionales y extranjeros la importancia de esta lengua ancestral.

La escuela planeaba que para finales de este año toda la filarmónica estuviera ensamblada, sin embargo, como la mayoría del mundo, se tuvieron que detener. Según informó el mismo medio, los profesores hacían tutoriales de las clases en video y las enviaban por WhatsApp a los padres de familia, pero la falta de conectividad en los territorios sólo les permitió avanzar el 25% del desarrollo planteado para este año.

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