Masacre en Guaduas: la historia de la huída del presunto culpable junto a su amante

Alias Caballo y alias Nikita escapaban juntos desde agosto, cuando el primero fue señalado de matar y decapitar a cuatro personas en el río Magdalena.

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Río Magdalena - Foto referencia: AFP
Río Magdalena - Foto referencia: AFP

El domingo 2 de agosto de 2020 un pescador encontró cuatro cabezas decapitadas en el río Magdalena, por la vereda Malambó. A este hecho se le denominó como la masacre de Guaduas y tras algunas investigaciones, las autoridades identificaron al principal sospechoso: Bernardo Jesús Sánchez, alias Caballo quien habría asesinado a los cuatro hombres por estar acompañados de su enemigo, alias Javier. Desde entonces el presunto culpable huía de las autoridades, pero no lo hacía solo. Su amante lo acompañaba y se volvió pieza clave en la investigación.

Alias Caballo y su cómplice Natalia Riaño, alias Nikita, de 26 años tenían una relación sentimental que terminó siendo la ficha clave para lograr capturarlos, según le dijo el capitán Jorge Romo, investigador de la Sijín de Cundinamarca a Semana. Lo que se conocía es que alias Caballo tenía esposa e hijas y alitas Nikita también, aunque no eran de él.

Cuando se cometió el crimen, Caballo se dirigió a la casa de su esposa, en Sasaima, Cundinamarca y ahí estuvo escondido, pero logró escapar antes que las autoridades allanaran el lugar. Según los investigadores consultados por Semana, el hombre volvió al pueblo a buscar a Nikita e iniciaron su escapada. Al parecer tenían un fuerte lazo sentimental que los unía. Posteriormente, la pareja se movió por Puerto Boyacá; Cimitarra, Santander; Puerto Berrío, Antioquia y otros municipios por el Magdalena Medio, de acuerdo a la información entregada por el capitán Romo.

Una de las pistas principales para identificar a Caballo fue su billetera. La noche en que cometió la masacre, el hombre dejó caer sus documentos en un lugar muy cercano al lugar de los hechos, por lo que Nikita le pidió a un habitante del pueblo que los dejara bajo un arbusto dentro de una bolsa negra, pero la Policía llegó antes que ellos. Luego, también a través de su amante, Caballo pidió un arma para defenderse ya que sospechaba que lo estaban siguiendo. Dicho elemento iba a ser recogido en un matorral, donde quedó enterrada porque no pudieron ir por ella. Fueron alertados de que la Policía iba y escaparon antes de recogerla.

Una de las pistas más importantes fue el fusil con la que asesinaron a José Miguel Torres, Miguel Ángel Ulloa, Jonathan Cerón y alias Javier. Alias Nikita mandó a esconderlo, pero, de nuevo, la Policía lo encontró en una finca abandonada. Las autoridades explicaron que a las víctimas les dispararon y luego intentaron desaparecer los cuerpos.

Después se conoció que la pareja estaba asentada en la zona rural de Cimitarra, en el departamento de Santander, por lo que pidieron el envío de una encomienda a ese lugar. Ese día la policía rastreó el paquete y, una vez más, Nikita y Caballo lograron escapar. Según Semana, los amantes elegían zonas rurales o lugares apartados donde la población fuera pequeña para que cuando alguien nuevo llegara, fuera reconocido rápidamente, lo que hacía difícil la labor de los uniformados. También buscaban zonas que tuvieran baja recepción de celular para que no les rastrearan la ubicación.

Finalmente, los prófugos tuvieron que llegar a Puerto Berrío, en Antioquia, ciudad natal de Caballo. Ahí estuvieron en la zona urbana desde donde pretendían salir hacia Ecuador, sin embargo, una ligereza los puso en la mira de la Policía. El 9 de octubre, dos meses después de los hechos, Nikita llamó a sus hijas desde un celular público y volvió al mismo lugar en la tarde para usar el servicio de nuevo. Este fue el momento perfecto para que la Policía identificara el tatuaje de flor que tiene en el hombro izquierdo y los capturaran.

Ese día se conoció que ahora tenían algo más en común aparte de ser prófugos y amantes: alias Nikita estaba en embarazo. Por ahora ella enfrentará cargos como cómplice y él como presunto responsable del atroz crimen que conmocionó a la población.

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