El pasado 3 de octubre, a las 9 de la noche, la vida dio un giro para Árnold Andrey Toro, joven trabajador bogotano que regresaba a su casa en la localidad de Bosa cuando fue atacado por un individuo que robó su celular.
El hecho, uno más de la espiral creciente de inseguridad en la ciudad, hubiera engrosado las estadísticas de no ser porque el atacante descargó su revolver en el rostro de Árnold Andrey.
El joven estaba acompañado de una amiga en el momento de los hechos. Ella, testigo presencial, se ocultó detrás de un carro y fue testigo de lo que aconteció esa noche.
Según el relato de la amiga, fueron dos hombres, uno de los cuales la persiguió, mientras el otro forcejeó con Árnold Andrey por quitarle el dispositivo. Llevaban tapabocas y gorras.
Ella se comunicó con Brayan, hermano de Árnold y su ex pareja. Éste se desplazó al lugar y levantó el cuerpo del joven mientras llegaba la ambulancia que lo trasladaría, en delicado estado de salud, al hospital de Kennedy.
Según el dictamen médico, la bala que definió la suerte de Árnold se alojó en su columna por lo que no pudo ser extraída por las complicaciones de salud que éste tenía al momento del ingreso al centro hospitalario.
Desde ese momento comenzó la lucha de Árnold Andrey por superar la silla de rueda a la que quedó postrado luego de los acontecimientos violentos de ese día que prefiere no olvidar.
Una historia de superación, paso a paso
Junto a Árnold Andrey han estado 14 especialistas, en su mayoría fisioterapeutas, que han ayudado en la recuperación del joven, cuyos resultados positivos son muestra de la fuerza de voluntad y de los avances médicos.
Este factor fue destacado por el doctor Carlos Canencio, jefe de los especialistas, que ha estado en contacto con Árnold Andrey desde el inicio de este proceso:
“Logramos el 70% de su recuperación en dos meses y medio, esto era un proceso que debía durar de 8 a 10 meses. Con esto le deseo a Arnold una feliz Navidad. Hicimos un trato y le dimos un computador. A todos los pacientes de trauma a nivel mundial les digo que sí se puede”, declaró el médico en Noticias Caracol.
Ha sido tan rápida su recuperación que Árnold Andrey fue dado de alta del centro médico y se apresta a completar su recuperación en casa, a donde no regresaba luego del salvaje acto que estuvo a punto de quitarle su vida.
Las imágenes del joven, bajando del vehículo hospitalario, y dando paso a paso una lección de vida no dejaron indiferentes a sus seres queridos, que no solo lo recibieron con los brazos abiertos sino que, pese a la adversidad de una pandemia que no remite en la capital, consideran que la vida es el mejor regalo de Navidad que pueden recibir.
Árnold Andrey, aún sorprendido por su propia fuerza de voluntad, sabe que cuenta con una nueva oportunidad: “...No creo todavía que esté de pie. Se siente mucha libertad y mucha alegría al saber que me puedo mover yo solo”, afirmó antes de entrar a su casa.
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