En un movimiento largamente esperado, el presidente Iván Duque nombró como nuevo Director General de la Policía al general Jorge Luis Vargas, quien reemplazó al también general Óscar Atehortúa, envuelto en un proceso disciplinario que hizo insostenible su permanencia en la institución.
Oriundo de Bucaramanga, Santander, su último cargo antes de alcanzar la dirección de la Policía Nacional fue como director de Seguridad Ciudadana de la Policía. De carrera destacada en la Dirección de Inteligencia, estuvo al frente de la Dijin, donde permaneció por años con resultados visibles, como su participación en la operación que dio de baja a alias ‘Raúl Reyes’.
Para el diario La Opinión, el analista Jairo Libreros destacó la capacidad de liderazgo del general Vargas, en momentos en que los escándalos de Atehórtua estaban deteriorando la imagen del cuerpo ante la opinión pública.
Libreros estableció un escenario en el que el nuevo director enfrentará tres retos que determinarán la hoja de ruta de la Policía para los años siguientes.
El primero está relacionado con la depuración de la cúpula. De acuerdo con Libreros, si quiere marchar, el general Vargas cuenta con un panorama de tres meses para retirar a varios oficiales que no estarán alineados con sus propósitos de modernización. Además, el movimiento es necesario para unificar la línea de mando.
El segundo tiene qué ver con el manejo que de el general Vargas a los escándalos del cuerpo en los últimos meses, especialmente los abusos policiales durante las protestas del pasado mes de septiembre.
Libreros afirma que estos hechos, sumados a las actitudes durante los aislamientos, o las polémicas cadenas de custodia de capturados, que han facilitado la huida de éstos, implicarían unas reformas estructurales de la institución.
“El problema es que la Casa de Nariño no creo que lo vaya a permitir, porque si la Casa de Nariño permite que se reforme por abuso policial la institución, estaría admitiendo tácita o implícitamente que conocía el responsable de los abusos”, añadió Libreros en declaraciones para La Opinión.
El tercer reto es el imprescindible aumento del pie de fuerza para las ciudades y las zonas rurales del país.
Libreros considera que el país cuenta con un déficit de uniformados, por lo que un esfuerzo coordinado, y a largo plazo, de la Policía servirá para incorporar nuevos miembros a la institución, lo que tardaría una década.
Lo anterior significaría una modernización de la Policía para ponerla a la altura de los estándares internacionales, en momentos en que la percepción ciudadana considera que la institución debe desaparecer, a tenor de movimientos internacionales como “Defund The Police”.
Sin embargo, el reto más grande, delegado por el presidente Iván Duque, consistirá en la disminución de la criminalidad en Colombia. Este será el que evaluará al General Vargas, una ficha clave de la inteligencia colombiana, en la dirección de la Policía Nacional.
Más cambios en la Policía Nacional
Nombres como el general Hoover Penilla para la subdirección de la institución, y el recambio en la Dirección de Seguridad Ciudadana con el general Carlos Ernesto Rodríguez Cortés, fueron mencionados en las declaraciones del ministro Carlos Holmes Trujillo.
Habrán cambios en la Inspección General de la Policía Nacional, a donde llegará el general Jorge Ramírez Aragón, hasta el momento cabecilla de la Dirección de Antinarcóticos. En su reemplazo, llegará el general Herman Alejandro Bustamante Jiménez, que estaba a cargo de la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural.
Finalmente, el Director de la Dijín será el general Fernando Murillo Orrego, en su momento Director Antisecuestro y Antiextorsión.