Entre escándalos y aciertos: así fueron los dos años de Óscar Atehortúa en la dirección de la Policía Nacional

Desde su llegada en 2018, se destacó por grandes golpes a organizaciones criminales, pero de su gestión también queda el recuerdo de muertes civiles por extralimitación policial.

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General Óscar Atehortúa. / AFP
General Óscar Atehortúa. / AFP

Este martes 22 de diciembre, se le informó al país de un importante cambio en la cúpula de la Policía Nacional. El presidente Iván Duque designó como nuevo director de la institución al general Jorge Luis Vargas en remplazo del general Oscar Atehortúa, quien ejercía el cargo desde finales de 2018.

“El general Vargas es un hombre que tiene una gran experiencia, que aparte de ser director de Seguridad Ciudadana ha sido también inspector de la Policía. A lo largo de su trayectoria ha merecido importantes reconocimientos por su participación activa en operaciones como las que dieron de baja a alias ‘Raúl Reyes’”, dijo el jefe de Estado destacando al saliente líder de la organización.

El nuevo director de la Policía Nacional, el general Vargas, venía desempeñando el cargo de director de Seguridad Ciudadana de la Policía. El uniformado es oriundo de Bucaramanga y cuenta con una trayectoria que incluye su paso por la Policía Metropolitana de Bogotá, la Dirección General, la Escuela de Cadetes de Policía y la Dirección de Inteligencia Policial.

Tras el anuncio, el director saliente expresó su agradecimiento al Todopoderoso, al presidente Duque y al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, por la oportunidad de liderar la institución. Este ha sido un gran reto en toda mi vida institucional, que me permite culminar con creces y con múltiples agradecimientos, por lo que he podido hacer por los colombianos y lo que he podido hacer por los ciudadanos que me han acompañado durante este trasiego”.

En la intervención, Duque destacó las labores en operativos del saliente director y los duros golpes que pudo propinarle a los grupos al margen de la ley en su gestión. Sin embargo, Atehortúa también será recordado por casos de supuesta corrupción, abuso de poder y las discutibles ‘manzanas podridas’ en la Policía Nacional.

Los aciertos

Exactamente diez días después de su llegada al cargo, Atehortúa participó en el operativo en el que se abatió al máximo jefe de las disidencias de las FARC, alias ‘Guacho’.

En un operativo combinado de la Policía Nacional, el Ejército y el CTI de la Fiscalía, se interceptaron más de 120 líneas telefónicas y, con esa información, se pudo controlar 16 zonas que frecuentaba Walter Patricio Arizala. Finalmente, pudieron dar con el guerrillero en inmediaciones a Tumaco, en el departamento de Nariño.

“Teníamos fuertes elementos que nos permitían saber en qué sectores estaban delinquiendo. El ingreso a la zona en silencio, camuflados y escondidos nuestros militares y políticas permitieron acercarse hasta la zona del delincuente y enfrentarse contra nosotros”, expresó en su momento el entonces director de la Policía Nacional, quien destacó el avance en orden público en el departamento.

El uniformado también participó en el operativo que resultó con la muerte de alias ‘Rodrigo Cadete’, también disidente de las FARC. Para esto, la Policía, bajo el mando de Atehortúa, realizó labores de inteligencia en el Caquetá en las que se estableció la ubicación del guerrillero.

La institución realizó reconocimiento en la zona con aviones de inteligencia para confirmar que no existían civiles en cercanía al asentamiento del delincuente.

El 26 de septiembre de 2019, la Policía y el Ejército dieron muerte a alias ‘Pácora’, cabecilla de Los Pelusos, en Norte de Santander. Para esto, la Policía emprendió una búsqueda intensiva que ofrecía hasta 2.000 millones de pesos en recompensa por pistas que dieran con el delincuente.

En el caso de alias ‘Uriel’, uno de los líderes más temidos del ELN, la Policía de Atehortúa también tuvo un papel importante en la operación que abatió al guerrillero y se consolidó como uno de los mayores triunfos de la gestión del quindiano. Junto con las Fuerzas Militares y la Fiscalía, la institución se enfrentó contra el frente que lideraba el delincuente y, posteriormente, agentes de la Policía retiraron el cuerpo del temido sujeto.

Las polémicas

Dilan Cruz, joven de 19 años de edad, fue asesinado por un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía por un proyectil disparado a la cabeza durante una protesta en Bogotá.

Después de los hechos, Atehortúa, como director de la Policía, condenó todo hecho que atentara contra la integridad humana de los estudiantes. Sin embargo, se resistió a “condenar o absolver” al uniformado implicado y dijo que “está viviendo con su familia un dolor profundo por encontrarse inmerso en estos hechos”, sin hacer mención de la condición en la que se encontraba la familia del joven asesinado. Esto generó polémica en redes sociales y desató críticas contra el líder de la institución.

En diciembre de 2019, se conoció que el capitán Manuel Cubillos, responsable por la muerte de Cruz, fue separado del cargo, pero el diario El Tiempo estableció en 2020 que el uniformado fue enviado a una dependencia administrativa.

También trascendió la muerte del joven Anderson Arboleda el pasado 21 de mayo en el Cauca, para la cual la institución ha sido lenta en indagar las condiciones que llevaron al asesinato del hombre por parte de agentes de la Policía.

En varias ocasiones, Atehortúa pidió celeridad al caso para tomar medidas judiciales y disciplinarias contra los agentes. Por otro lado, la familia de Arboleda asegura que la institución en el territorio es fuerte y no miden las acciones en contra de la población civil.

“Preguntamos por qué le pegaban. En ese momento, el policía le estaba pegando un bolillazo en la cabeza. Yo me metí entre el policía y él, y él mandó otro bolillazo”, le contó a Semana la tía del joven, Magally Arboleda, narrando los hechos que resultaron en la muerte de su sobrino.

En hechos más recientes, Javier Ordóñez, ciudadano bogotano, fue asesinado por dos uniformados en distintas locaciones en un dudoso proceso de detención. Ordóñez fue sometido a golpes, descargas eléctricas y diversos abusos que llevaron a la muerte violenta del hombre. Según el dictamen de medicina legal, se trató de un homicidio perpetrado por los patrulleros Juan Camilo Lloreda Cubillos y Harby Damián Rodríguez Díaz, imputados por los delitos de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto y homicidio.

Ante esto, Atehortúa expresó solidaridad con la familia del hombre asesinado por sus agentes. Posteriormente, recalcó el carácter humano del personal con el que trabaja.

“Los policías también son seres humanos. Convencido estoy, y lo han dicho ellos, que no salieron ese día a asesinar a alguien, ellos salieron a cumplir un servicio y llegaron allí a atender un caso y se presentó lo que se tuvo que haber presentado y que todo el mundo conoce; pero detrás de esas familias también están una esposa, unos hijos, unos padres, que también sufren”, expresó Atehortúa.

Su gestión la cerró con otro lamentable hecho que formuló un debate nacionalmente: si se trataban de manzanas podridas o hechos sistemáticos en la Policía Nacional.

En septiembre pasado, se presentó un incendio en Comando de Atención Inmediata (CAI) del barrio San Mateo, en Soacha, Cundinamarca en el que murieron nueve jóvenes por supuesta negligencia de los uniformados que los monitoreaban.

En los videos registrados, se escuchan a las víctimas gritar por ayuda y se evidencian las llamaradas desde afuera del recinto. En videos revelados por el concejal de Bogotá Diego Cancino, la madre de una de las víctimas intentó apagar las llamas con una manguera, para lo que el policía encargado le forcejeó la herramienta. El hecho causó indignación en redes sociales por el profundo problema que vive la institución encargada de hacer valer las leyes en las calles del país.

Al final de su gestión, la Procuraduría indagó a Atehortúa por supuesta corrupción derivada de presuntas irregularidades en un contrato de casas fiscales en el municipio de San Luis, en el departamento del Tolima y, también, por presuntas faltas del líder de la institución al investigar el caso.

El próximo líder de la Policía

El general Vargas es administrador de empresas y administrador policial. También realizó estudios como especialista en resolución de conflictos y seguridad y cuenta con un magister en Seguridad Pública.

En su formación complementaria se destacan también estudios en dirección empresarial, programa de liderazgo, conflicto y coraje en el National Executive Institute de los Estados Unidos, así como en inteligencia estratégica en Australia.

De hecho, para el consultor y analista internacional, Jairo Libreros, quien destacó el rol de liderazgo del nuevo director, Vargas responde a una de las especialidades que más requiere actualmente el cargo en el país: la inteligencia.

“Yo creo que en una situación coyuntural como la colombiana, donde tenemos espías rusos, donde las bandas delictivas se están consolidando, donde hay problemas relacionados con corrupción en la Policía, tener un hombre de inteligencia que entienda ese mundo y que tenga la capacidad de movilizar recursos para tomar mejores decisiones con base en información creo que es un buen mensaje”, señaló Libreros, citado por El Universal y La Opinión.

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