Tras una negociación que comenzó en junio, entre el Estado colombiano y las farmacéuticas, el pasado viernes, durante el programa “Prevención y Acción” se revelaron los esperados resultados de la gestión. El presidente Iván Duque anunció que se llegó a un acuerdo mediante el cual se le van a comprar 10 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 a la empresa Pfizer, otras 10 millones a la empresa AstraZeneca y 20 millones adicionales que se adquirirán mediante el mecanismo COVAX.
“Me complace decirles hoy a los colombianos que hemos cerrado las negociaciones con dos farmacéuticas que tienen desarrollos importantes”, anunció Duque en su programa, el cual presenta a diario en la televisión colombiana.
En su anuncio, el ministro de Salud, Fernando Ruiz explicó que el plan de vacunación en Colombia tendrá dos fases, que se dividirán en cinco etapas. En la etapa 1 de vacunación, se vacunará al 100% de los trabajadores de la salud y funcionarios que constituyen la primera línea de defensa contra el virus. También se prevé llegar a la totalidad de la población mayor de 80 años.
Durante la etapa 2 y 3, se prevé inmunizar a la totalidad de adultos mayores, a la totalidad de trabajadores de la salud, población de 16 a 59 con comorbilidades y a los profesores de básica y secundaria. Durante las últimas dos etapas, se pretende vacunar a cuidadores institucionales, población en ocupaciones de riesgo y, por último, a las personas entre 16 y 59 años sin comorbilidades.
Lo que llama la atención de este plan de vacunación es que se quedarían afuera los niños, las mujeres en gestación y aquellos que contrajeron COVID-19 con anterioridad.
El viceministro de Salud, Luis Alexander Moscoso, explicó en el programa ‘Prevención y Acción’ los que no serán vacunados con las dosis recientemente pactadas con los mecanismos bilaterales y multilaterales.
Con respecto a los menores de 16 años, Moscoso afirma que “presentan una baja mortalidad, un bajo grado de complicaciones y en este momento no conocemos la evidencia científica sobre la aplicación de la vacuna”, según el funcionario, el Gobierno nacional prefiere esperar a tener mayor evidencia al respecto.
Esta medida se consideró semanas antes por parte del Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) ante la vacuna de la farmacéutica Pfizer. Según esta organización, se determinó que el umbral iniciaría desde los 16 años de edad.
Además, por motivos de ética, la farmacéutica, que se alió con el laboratorio BioNTech, no incluyó a gente por debajo de los 12 años y la muestra entre 12 y 15 años fue muy pequeña.
Las mujeres embarazadas tampoco serán amparadas por la vacuna. Según Moscoso, no se tiene evidencias y “a las mujeres en gestación debemos hacerles otras protecciones”, afirmó.
Según la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) expresa que hay datos insuficientes acerca de los efectos que las dosis de la vacuna podría tener en mujeres embarazadas. Moderna y Pfizer, dos vacunas líderes, excluyeron a las mujeres en gestación de las fases de prueba. Al realizar una prueba de embarazo rutinaria, las que salían positivas no podían continuar. Sin embargo, las farmacéuticas no tachan de insegura la vacunación a este grupo.
Acerca de los pacientes que en algún momento tuvieron COVID-19, el viceministro dijo que estos cuentan con inmunidad y, por eso, no necesitarían la vacuna y tampoco estarían en prioridad.
Según un nuevo estudio del Cold Spring Harbor Laboratory, la inmunidad después de un contagio se reduce en tasa lenta y de una manera paulatina. Incluso, se tiene evidencia de la posible duración por hasta un año. En el momento, se registra una gran cantidad de células inmunes en pacientes infectados hace ocho meses. Sin embargo, estas afirmaciones científicas aún se encuentran en estudio por los rápidos cambios y variaciones en el comportamiento del virus.
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