La Laguna de Guatavita, el embalse del Peñol y la Puerta de Oro son protagonistas de las nuevas botellas de edición especial de la marca de whisky de lujo escocés Johnnie Walker Blue Label.
‘Aguas de Vida’ se inspira en el término whisky o Whiskey, que proviene del gaélico uisge beatha, que significa “agua de vida”: la materia prima del whisky, y el recurso más invaluable.
Con la curaduría de Artesanías de Colombia, se escogieron dieciocho artesanos de la comunidad Kamentsä en el Valle del Sibundoy, en Putumayo y siete talleres de artesanos de Nariño, que se encargaron de realizar la intervención a mano de cada botella, utilizando tres técnicas artesanales locales: enchapado en Mopa-Mopa, Chaquiras y Tamo de trigo.
En un comunicado Carlos Ortiz, director de Relaciones Corporativas de DIAGEO Colombia afirmó: “estamos muy orgullosos de que nuestras marcas se conviertan en un vehículo de transformación y aporte para exaltar la tradición de las comunidades de artesanos colombianos que mantienen su cultura y artes ancestrales, para llevarle una experiencia única a nuestros consumidores a través de una marca de lujo innovadora como Johnnie Walker Blue Label’’.
Un homenaje a Colombia
Para la elaboración de esta edición especial se tuvieron en cuenta tres destinos colombianos que sin duda hacen parte del atractivo turístico del país:
La Laguna de Guatavita: a media hora de Bogotá se encuentra esta laguna, centro de la leyenda de El Dorado. Inspiradas en este lugar se diseñaron 600 botellas enchapadas manualmente con una técnica practicada desde tiempos precolombinos: el enchape con Mopa-Mopa, que utiliza una resina proveniente de un arbusto del pie de monte amazónico.
El embalse del Peñol, Guatapé: para dar vida en el diseño de una botella de lujo a uno de los paisajes más hermosos de Colombia, se enchaparon manualmente en el taller del Maestro Miguel de la Cruz, 150 botellas. Cada una de ellas fue recubierta con finas y doradas fibras del tamo de trigo.
La Puerta de Oro de Colombia, Barranquilla: en Johnnie Walker Blue Label Puerta de Oro fueron en total 110 botellas exclusivas enchapadas con pequeñas chaquiras por la comunidad Kamentsä, en el Valle de Sibundoy, Putumayo.
Las manos detrás de ‘Agua de vida’
Según información de Artesanías de Colombia, en total fueron tres talleres donde cobraron vida estas piezas artesanales:
El taller del Maestro Miguel de la Cruz, reconocido por el enchapado en tamo. Su nombre es popular a nivel nacional e internacional, ya que sus obras se caracterizan por tener un contexto histórico y creativo.
Su gran destreza y creatividad le han dado incontables reconocimientos, entre ellos, la obtención de la Medalla a la Maestría Artesanal, otorgada en 2006 por Artesanías de Colombia y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. De la Cruz trabaja con siete jóvenes artesanas que mantienen sus hogares gracias a esta actividad.
El taller Obando tiene más de cincuenta años de experiencia en el manejo del Mopa-Mopa o Barniz de Pasto, declarado el pasado 16 de diciembre como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. El maestro José María Obando y su hermano, Germán Obando transmitieron sus conocimientos a hijos, nietos y sobrinos y ahora ellos se encargan de llevar intacto el legado de su familia.
Artesanos Curarte: el resguardo indígena Camëntsá Biya está ubicado en el municipio de Sibundoy – Alto Putumayo, lugar donde nació el grupo artesanal “Curarte”, conformado por 20 artesanos que trabajan para fortalecer la cultura, desde el conocimiento tradicional de la artesanía, la medicina tradicional y la música.
Este grupo elabora accesorios con apliques en chaquira desde hace aproximadamente 10 años.
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