Santandereanos venden hormigas culonas de sabores

La hormiga culona es uno de los platos ‘típicos’ e insignias del departamento de Santander. Sin embargo, este año al igual que muchos productos en el país, su comercio se vio afectado debido a la crisis sanitaria causada por el covid-19. A pesar de ello, jóvenes emprendedores de Santander, con el fin de evitar que este exótico platillo de la región decaiga a causa de la contingencia, decidieron innovar en su presentación: venderlas con cuatro tipos de sabores.

De acuerdo con información reseñada por el periódico El Tiempo, los creadores de Snacks Insectos, Manuel Padilla y Aura Cuadros, decidieron lanzarse al mercado con su emprendimiento, luego de que, en una investigación realizada por ellos, se dieran cuenta que la comercialización de este producto era demasiado informal y no ofrecía ningún valor agregado.

“Encontramos las que venden en una bolsita sin marca, sin ningún sello de calidad, ni empaque al vacío y comenzamos a hacer varios estudios, y por ello, empezamos a buscar nuevos sabores para ofrecerlas, y a darle una buena presentación al empaque de las mismas.”, indicó al mismo diario, el director de Snack Insectos, Manuel Padilla.

Según lo relatado por los creadores de la empresa santandereana al medio bogotano, la creación de su emprendimiento al inicio, se vio frenado a causa de las restricciones impuestas a causa de la pandemia. “Hizo que la gente no pudiera viajar a los municipios a cogerlas, sin embargo, logramos obtener algunas pequeñas cantidades con las que comenzamos la marca”, expresó Padilla a El Tiempo.

De hecho, para julio de este año, campesinos del departamento alertaron que las ventas de las hormigas culonas habían disminuido en un 70% a comparación de años anteriores, es decir pasaron de vender hasta 30 libras por semana, a prácticamente no registrar ventas, así lo informó al diario La Vanguardia, David Contreras, comerciante del municipio del Socorro en Santander.

“En mis más de 35 años de experiencia, este ha sido el peor de todos. Este es el sustento de muchas familias, y la mía se ha visto afectada, pero yo sigo confiando en Dios”, le expresó Contreras al medio.

Sin embargo, a pesar del panorama, Padilla y Cuadros, le explicaron a El Tiempo que con las reducidas cantidades que lograron recolectar, comenzaron a experimentar con distintos sabores como la panela, las ahumadas, las que tenían sabor a Coca Cola entre otros, y se las dieron a probar a sus amigos, y de allí definieron cuáles eran los mejores sabores para vender.

“Reunimos y les dimos a probar las hormigas a personas que nunca las había comido, a otras que les que les gustaban y gente que no las pasaba. Gracias a esa retroalimentación mejoramos la receta y dejamos solo cuatro sabores: chipotle, panela, naturales y finas hierbas”, le explicó Manuel Padilla al medio.

Ana cuadros, bióloga, y la encargada de darle el sabor al producto, le explicó al diario bogotano, que el sabor de las hormigas era completamente natural, y que para lograrlo debían ser ser asadas mientras se agregaba el saborizante, un proceso que de acuerdo con ella podía tardar hasta 30 minutos.

“Lo que nosotros queremos es: conservar muy bien la cadena de frio desde la recolecta de las hormigas y la cocción. Las refrigeramos para que puedan enviarse al empaque al vacío una vez se saboricen y que no se deterioren”, explicó Aura a El Tiempo.

De acuerdo con la información entregada por Aura y Manuel al medio, las hormigas se empacan al vacío, pensando en que puedan ser exportadas, y tienen un valor de $13.500 pesos en su presentación de 25 gramos, y de $22.000 pesos en su empaque de 50 gramos.

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